Antonio Jesús Cabrerizo/EL FARO
Una mujer inteligente, capaz, generosa, bondadosa, trabajadora como la que más…
Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, este martes día 8 de marzo, a las 5 de la tarde, con la presencia de su alcaldesa Toñi Antequera y de varios de sus concejales, se celebró en el salón del Museo «Banco de Sensaciones» de la localidad de Gualchos, un sencillo y emotivo homenaje a una de sus vecinas, María Urbano Martín, de 76 años y próxima a cumplir los 77, el 5 de abril, estuvo acompañada de varios de sus hijos y una nieta.
Hubo palabras de elogio y de mucho cariño por parte de la regidora y varias de sus convecinas, en las que se enumeraron algunas vivencias de esta mujer trabajadora, humilde y luchadora, en unos tiempos en la que la vida no era precisamente fácil, teniendo que sacar adelante, como tantas otras mujeres de su tiempo, una casa, una familia y un trabajo duro en las labores agrícolas.
Paquita Prieto, vecina de la Villa de Gualchos, leyó una semblanza que en su día realizara la escritora Concha Casas, que describe muy bien a María Urbano, y que dice así:
«Cada vida esconde detrás una historia, a veces de amor, otras de trabajo, en ocasiones de entrega y casi siempre de sufrimiento…. La de María es un compendio de todo ello. Desde su más tierna infancia jugó a ser mamá, pero no con muñecas, sino con sus propios hermanos. Las circunstancias de la vida la convirtieron en cuidadora eterna. Quizás como tantas mujeres de su edad, pero en su caso, siempre desde el amor incondicional que pone en todo lo que hace.
Se casó muy joven y se estableció en Jolúcar, donde su casa se convirtió en la de todos los que pasaban por allí, que siempre tenían un plato caliente y un rato de buena conversación.
Aprendió a pinchar, e hizo de enfermera mil veces. Sus manos parecían una extensión de su generoso corazón y casi todo lo que tocaba, lo sanaba. Hasta los animales mejoraban con su presencia.
Tuvo hijos, hasta cinco. Y a pesar del duro trabajo, siempre tuvo un rato para ellos, para los juegos, para que nunca faltasen a la escuela, que estaba a seis kilómetros de su casa. Sin saber, les ayudó en sus tareas escolares.
Una mujer inteligente, capaz, generosa, bondadosa, trabajadora como la que más…»
Todo eso y mucho más es María, por eso hoy queremos hacerte este homenaje, pequeño para lo que tú mereces, pero como todo lo que tú has hecho por todos, nos sale directo del corazón.»
A continuación se le hizo entrega a la homenajeada de unos obsequios y una cesta floral que ella, emocionada, agradeció a todos sus palabras.
El colofón se puso con una merienda que se ofreció a los asistentes, en la que hubo una variedad de dulces y postres típicos granadinos y chocolate, elaborados por las mujeres del pueblo.
Enhorabuena a María Urbano Martín y a toda su familia.