“IN MEMORIAM”: Wilder Barcos Pareja (1933-2021)
Fotos: Archivo Mucho Deporte
El pasado mes de noviembre fallecía en nuestra ciudad el conocido entrenador de futbol Wilder Barcos cuando contaba 88 años de edad. Uruguayo de nacimiento, Wilder Barcos ha sido una de esas personas tocadas por un don especial, cualidad que le ha permitido conectar con perfecta sintonía con gentes provenientes de todos los sectores de la ciudad, pero muy particularmente con los ligados al deporte local. Wilder Barcos llegaba por primera vez a Motril en el año de 1979 para entrenar al entonces C.D. Motril, equipo al que estaría ligado por una temporada más. Tras un largo periplo por el mundo volvería a entrenar nuevamente al club blanquiazul en dos ocasiones más y ya, definitivamente, elegirá nuestra ciudad como lugar de residencia en el año de 1997. El futbol ha sido su pasión, sin duda, y como tal ha sido un libro abierto para todo aquel aficionado que se ha acercado a él para recibir un consejo o una sabia respuesta deportiva. Como agradecimiento a su larga trayectoria deportiva, Wilder Barcos recibía en Motril un cálido homenaje en el año de 2017 que fue instado por la concejalía de deportes del ayuntamiento de Motril y que pudo enfrentar en el estadio Escribano Castilla a los veteranos del club local con un combinado de la AFE en el que estuvo presente el motrileño Luis Manuel Rubiales López, actual presidente de la RFEF. Wilder Barcos ha sido reconocido por los sectores deportivos locales como un sentido motrileño de adopción y en su haber quedan numerosos gestos y actos para bien del deporte local, entre ellos, el ser embajador para que el Real Madrid C.F. pudiese venir a la ciudad en el año de 1997 para inaugurar el nuevo estadio de Futbol Escribano Castilla. EL FARO rinde homenaje público, pues a este hombre de futbol que ha sentido a la ciudad de Motril como suya y pone a disposición de los lectores su intensa trayectoria vital que ha redactado su gran amigo y redactor de Mucho Deporte, Miguel González Rodríguez. (Redacción EL FARO).
Miguel González Rodríguez, redactor de Mucho Deporte
Wilder Barcos Pareja nació el 21 de julio de 1933 en Montevideo (Uruguay), aunque su juventud transcurre en Argentina, pues siendo un niño se trasladó con su familia a Buenos Aires. Empezó las carreras de Medicina y Económicas, e incluso trabajó en una entidad bancaria, pero le acabaría atrayendo más el fútbol. Se inició como jugador en la cantera del Huracán bonaerense, y posteriormente pasó por el Temperley (2ª y 3ª División) y el Alumni (3ª División). Después decidió buscar fortuna en el fútbol colombiano, pero una grave lesión cuando se encontraba a prueba en el Once Caldas le dejó en la estacada. Recuperado, buscó otros derroteros; primero intentó fichar sin éxito por algún equipo brasileño, y a continuación puso rumbo a Guatemala para jugar en el Zacapa, de la 1ª división de aquel país. Sería en tierras guatemaltecas donde conoció al que acabaría siendo su gran amigo, Alfredo Di Stéfano, en una gira del Real Madrid por Centroamérica en 1961. Posteriormente jugó en el Marte C.F. (1ª División de El Salvador) y más tarde se instaló en Nueva York con su primera esposa y sus dos hijos, compaginando su vida laboral con el cargo de entrenador-jugador en el Helenik, de la liga semiprofesional neoyorkina.
Una vez colgadas las botas, viene a España en 1967 para obtener el título de entrenador regional en los dos cursos reglamentarios de la época, siendo el Leganés, de Tercera División (temporada 1968-69), el primer equipo que dirigió. Tras regresar a Estados Unidos recala en la ciudad de New York, donde estudia Educación Física en la Universidad durante tres años. Vuelve unos años después a España con el objetivo de obtener el título nacional (entonces mucho más restringido que ahora), algo que consiguió en 1975, teniendo como compañeros de promoción a Luis Aragonés, Iñaqui Sáez y Koldo Aguirre, entre otros. En ese tiempo, jugando partidillos con los veteranos del Real Madrid, afianzó su amistad con Alfredo Di Stéfano y con otras leyendas merengues, tales como José Emilio Santamaría o Pachín.
Con el título nacional bajo el brazo inició una carrera que le llevó por los banquillos del Parla (Regional), Carabanchel (3ª), Orihuela (3ª) y Jerez Industrial (3ª), antes de fichar por el C.D. Motril en el verano de 1979, siendo entonces presidente Marciano Morales Castillo. En el número correspondiente al día 16 de junio de dicho año el semanario EL FARO daba a conocer a la ciudad como primicia que “el nombre del próximo entrenador del Motril es Wilder Barcos, entrenador sudamericano que el año pasado estuvo entrenando al Jerez Industrial”. El día 21 de julio tenía lugar la presentación del club para la nueva temporada con su entrenador al frente, quien a finales de dicho mes era entrevistado por EL FARO para dar a conocer las novedades del equipo para la nueva temporada. A preguntas de su entrevistador, Paco Urquizar, el míster refería que llegaba a Motril tras entrenar al Jerez Industrial, club al que el equipo motrileño se había enfrentado en dos ocasiones en competición oficial y que la directiva motrileña era conocedora de su forma de trabajar, razón por la cual había recalado finalmente en Motril. Wilder Barcos debutó oficialmente al frente del conjunto motrileño, que militaba en una Tercera División compuesta por sólo ocho grupos, el 1 de septiembre de 1979 en el campo del África Ceutí. El cuadro norteafricano se llevó la victoria por 2-0 en un partido en el que el Motril falló dos penaltis. Los blanquiazules acabaron en sexta posición en la liga. Esa misma temporada se jugó la recordada eliminatoria de Copa del Rey contra el Almería, que estaba en Primera División. Tras perder 0-1 en casa con un descarado arbitraje en contra de Pes Pérez, el Motril rozó la proeza en el choque de vuelta, adelantándose en el marcador y disponiendo de un penalti a favor para hacer el 0-2. Tirado fallaría la pena máxima y el Almería acabaría igualando el partido y llevándose la eliminatoria. Wilder Barcos permanecería en el Motril una temporada más, la 80-81, en la que ante los problemas económicos de la entidad blanquiazul, dará especial relevancia a los jugadores de casa. Finalmente, el Motril terminaría en el puesto doceavo de la clasificación.
Tras dejar el Motril Wilder Barcos continuaría su carrera profesional en el Águilas (3ª) y KAC de Kenitra (vigente campeón entonces de la 1ª División de Marruecos). Marcharía posteriormente a Nueva York, donde trabajó de taxista, y en 1984 regresa a España para hacerse cargo durante una temporada del recién creado Motril C.F. (Regional Preferente). De vuelta a Estados Unidos, recala como entrenador en la Academia del Cosmos de Nueva York. Igualmente realiza funciones de periodista en medios norteamericanos de habla hispana, cubriendo para ellos los Mundiales de México `86 e Italia `90. En el año de 1997 regresó al Motril C.F. para hacer tándem con Miguel Novo (Wilder aportaba el título nacional del que carecía entonces Novo) tras el ascenso del equipo blanquiazul a 2ªB, aunque por diferencias con directiva y cuerpo técnico, abandonó el club a mitad de temporada. Desde entonces ha estado afincado en Motril, junto a su segunda mujer, la motrileña Clotilde Gallardo. En este tiempo desempeñó tareas técnicas en el Costa Tropical y también en las etapas de Murado y Miguel Pino, en el Motril C.F. Tanto en el primer equipo de la ciudad como en el Costa Tropical se caracterizó por su especial aprecio por la cantera, de lo que pueden dar fe multitud de jóvenes jugadores motrileños, entre ellos el mismísimo Luis Manuel Rubiales, con el que le unía una estrecha amistad, pues fue gran valedor del actual presidente de la Real Federación Española en los inicios de éste como futbolista.