LOS CUENTOS DE CONCHA

DESEQUILIBRIOS

CONCHA CASAS -Escritora-

Cuando nació Clara, los ojos de su padre no vieron más que por las pupilas de su niña, todo lo demás pasó a un segundo plano, fue como si con ella hubiese encontrado su lugar en la tierra.

Cuando él murió, Clarita contaba ya 16 años, y andaba locamente enamorada de Luís y por encima de su pena, estaba la mirada de su amor, por quien perdió el sentido y la razón. Pasó la noche del duelo agasajándolo para que no se cansara de estar allí, y no derramó una sola lágrima para que él no viera sus ojos enrojecidos.

Al morir ella, muchos años después, Luís, que siempre se había dejado apenas querer por ese amor infinito que la que ahora yacía inerte le profirió desde que eran unos niños, llamó a su amante por quien había perdido la cabeza hacía más de 10 años, pensando que al fin era libre, sin caer en la cuenta de que el único que había puesto amor en esa historia, era él.

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