Por, Domingo Aª López Fernández
Cronista Oficial de la ciudad de Motril
El homenajeado tuvo palabras de agradecimiento y reconocía que este espacio escénico que lleva su nombre y que está dedicado a la cultura, el teatro y la música le suscitaba una gran ilusión por ser en su tierra
Tras la celebración institucional del día de Andalucía, acto que había tenido lugar en el Parque de los Pueblos de América en la mañana del domingo, el protocolo municipal todavía reservaba un evento más para poner el colofón a la conmemoración del día de los andaluces. La cita pública era, ésta vez, en el Centro de Desarrollo Turístico de la Costa Tropical, donde a las 19:00 horas tenía lugar la inauguración del rótulo que confiere el nombre de Juan Carlos Garvayo al auditorio de la ciudad. Ultimado el acto, los medios de comunicación requerían a las autoridades presentes sus valoraciones y el alcance que tal hecho podía tener para Motril, de forma que la primera autoridad local, Luisa Mª García Chamorro, hacía destacar el orgullo que como pueblo se había de reivindicar al contar con un talento como el de Juan Carlos Garvayo, que siempre hace gala de su motrileñismo. Señalaba igualmente que con el acto de hoy se ponía en valor su nombre en su propia ciudad y como institución era justo reconocer que “de bien nacido es ser agradecido”. Por su parte, Miguel Ángel Muñoz, concejal de cultura, afirmaba que era uno de los honores de más alto rango en los que ha estado presente puesto que Juan Carlos Garvayo es el único Premio Nacional de Música que tiene Motril y un intelectual del siglo XXI que siempre lleva unido el nombre de su ciudad allá donde va. El homenajeado tuvo igualmente palabras de agradecimiento a la institución municipal y reconocía que este espacio escénico que lleva su nombre y que está dedicado a la cultura, el teatro y la música le suscitaba una gran ilusión por ser en su tierra, tierra que añora y que reivindica con orgullo en todos los lugares en los que actúa.
Puntualmente, el concierto programado por el área de cultura tenía lugar a las 19:30 hrs. tras un prudencial tiempo de cortesía en el que el público asistente pudo acomodarse en los asientos dejando la debida separación para prevenir el contagio del Covid-19. El concierto ponía en escena al Trío Arbós y el cantante flamenco Rafael de Utrera, un verdadero lujo para la ciudad por la calidad y renombre que tienen ambos en el plano mundial. El Trio Arbós pasa por ser uno de los grupos de cámara de más relieve en el panorama musical español y fue fundado por el motrileño Juan Carlos Garvayo en el año 1996. Desde entonces ha recorrido exitosamente más de una treintena de países, al margen de las incontables actuaciones en reconocidos auditorios y teatros del territorio nacional. Por su parte, Rafael de Utrera es un reputado cantaor flamenco que en sus inicios ha intervenido con personajes del cante y baile flamenco de la talla de Farruquito, Joaquín Cortés, Antonio Canales o Paco de Lucía, por citar solo algunos, lo que le ha llevado a forjar una relevante carrera que hoy en día le reconoce como uno de los más grandes artistas del cante jondo en España.
El programa diseñado por Juan Carlos Garvayo iniciaba la tarde con la interpretación del himno de Andalucía, composición que ha sido arreglada musicalmente por él para adaptarla a los tres instrumentos presentes, piano, violín y violonchelo, así como al cante magistral de Rafael de Utrera. Juan Carlos Garvayo aprovechaba asimismo su intervención para felicitar a los andaluces en este día grande, a la vez que avanzaba cual iba a ser el desarrollo del concierto, un paseo por la música de Andalucía y el arte flamenco de la mano de poetas andaluces como Lorca, Juan Ramón Jiménez o Fernando Villalón.
La segunda composición era igualmente una “seguirilla” que el mismo había compuesto y que llevaba por título “Taramela”, nombre antiguo y popular que identificaba la fiesta que organizaba la ciudad al terminar la zafra cañera. Se trata de una composición que ideó al iniciarse el confinamiento y en la que sus ansias de volver a su tierra natal le habían motivado a arreglar. Como es de prever, el cante de Rafael de Utrera supo granjear en el público una interminable serie de aplausos que hacía significar la plena y gratificante conexión con el público presente. La sugerente música y cante de una “malagueña rondeña”, una pieza del genial guitarrista Paco de Lucia titulada “Canción de amor” y una “Granaina” compuesta por el propio Juan Carlos Garvayo, “Granaina del Secreto”, consiguieron ensimismar más al público en esos contados momentos en los que esos peculiares sonidos que ofrecen instrumentos clásicos se amalgaman conjuntamente con la inconfundible voz y “jipío” del cantaor flamenco.
El arte antiguo de una “Soleá polá” también tuvo cabida en la programación, variante ésta del cante que según el propio Rafael de Utrera fue inaugurada con la participación de El Tenazas de Morón en 1922 y que permaneció olvidada hasta que el maestro Fosforito la puso nuevamente en boga. Una malagueña, un fandango natural con letra de Federico García Lorca, “El diván de Tamarit”, el inconfundible son de una guajira que recuerda con su nombre, “Azucarito”, el pasado industrial motrileño y otras piezas musicales consiguieron ganarse el tono y el pulso del público que quedó ávido de nuevas canciones. Sin duda no podía ser, pues el tiempo había avanzado a pasos agigantados y el concierto estaba llegando a su fin, pues como bien reconocía el propio Juan Carlos Garvayo “había que terminar para evitar que nos detengan” al estar próximo el toque de queda.
El concierto del Trío Arbós y Rafael de Utrera en Motril ha sido todo un éxito de arte a raudales por lo que de extraño e infrecuente tiene esa peculiar simbiosis de instrumentos de música clásica con el flamenco. Pero lo cierto es que esta peculiar forma de interpretar la música llama la atención y supone todo un goce y disfrute para los sentidos.