28-F
Se acerca la fecha. Se acerca el 28 de febrero. Se acerca el momento de pararse un momento, aunque sea un momento, a pensar. Se acerca el momento de hacerles conocer, a esa juventud, divino tesoro, que desconoce. Que desconoce a todos esos hombres y mujeres que dieron parte de su día a día, que dieron parte de sus vidas, para que hoy, sí, hoy en día podamos vivir de otra manera. Podamos pasar de ser corderos, a ser lobos. Lobos de nuestro destino, lobos de nuestras vidas, lobos de nuestra hacienda, y de nuestras familias. Sí, como suena, ser lobos. Ser, con todo lo que conlleva, ser Andaluces. Sentirnos orgullosos de serlo y de vivirlo.
El 28 de febrero, hemos de recordar, nombres, fechas, datos, hemos de sentirnos orgullosos de nuestro avance, con todo lo que ello supuso. Sí, señores, sí, somos Andaluces…. Ahí es ná!!!. Nombres como el de Fernández-Viaga, siempre deben quedar clavados en nuestra memoria.
Auque se viesen envueltos en todo ese maremagno que se debió liar en esos días; aunque se viese arrastrado por las circunstancias… pero esto no deja de ver, de compartir lo que ese hombre, y muchos como él, hicieron, y dejaron en el camino, para llevarnos a todos hacia delante….
Acabo de ver un trozo de un documental centrado en la vida de éste hombre: Fernández-Viaga, ¿se me nota?, aunque siempre, o casi, lo he llevado en mi memoria… este trozo de documental, me ha llevado a evocarlo, a rememorar restos del pasado. La verdad, me ha traído algunos buenos recuerdos… no todos, pero algunos.
Tuve oportunidad de ver, hace unos días, otro programa de televisión. En él, se les preguntaba, a modo de pseudo-encuesta, a un grupo de jóvenes, hombres y mujeres, escogidos al azar, quiero suponer; y como digo les preguntaban que era para ellos la fecha del día en sí: 23-F; me extrañó, o a decir verdad, no, que la mayoría de ellos, de los entrevistados, no sabían que había pasado ese día de mil novecientos ochenta y uno; me llamó la atención, vamos, me extrañó la ignorancia de ellos.
Es por ello que hoy me quiero atrever a traerles a sus memorias, dos nombres, dos hombres, dos seres… que sin motivos, o con ellos, solo dieron su vida, o al menos parte de ella, para llevarnos un poquito adelante, para llevarnos de la mano, o casi, en ese duro trance que es romper con lo pasado, y retomar un camino nuevo…
Dos nombres solos, como digo: Placido Fernández-Viaga y Rafael Escuredo Rodríguez.
Ahí los dejo, piensen, aunque solo sea un momento en cada uno de ellos, o búsquenlos en Google.
Un abrazo, cómo no, cariñoso y, por supuesto, VIRTUAL (ya queda menos). Ánimo. ¡Ah! Y por favor, no lo olviden… INTERACTUEN…