QUIEN ESPERA DESESPERA… (INDIGNO DOLOR 2)

QUIEN ESPERA DESESPERA… (INDIGNO DOLOR 2)

SUSANA GUIJARRO RUBIO -Psicóloga. Máster en Psicología Clínica y de la Salud-

Queridos lectores, han pasado ya como tres meses desde que publiqué mi último artículo INDIGNO DOLOR. Me consta que ha llegado a miles de personas y a rincones del planeta que jamás hubiese podido imaginar. Como recordaréis me quejaba en voz bien alta de la marcha de mis oncólogos del hospital donde me trataron con quimioterapia. Desde ese mismo se nos cuenta que la marcha ha sido voluntaria, pero que la unidad sigue en marcha. ¿Me explica alguien dónde están los especialistas en sarcomas? Aún estoy esperando…

En su favor diré que tras un periplo de llamadas, correos electrónicos y demás medios habidos y por haber para contactar con ellos, he conseguido que mi siguiente revisión la lleve a cabo una persona que sí conoce el tema ¡Gracias a mi perseverancia! Conste con esto que no pongo en duda la profesionalidad del servicio, me parece que todo el personal que trabaja en este tipo de unidades está bastante cualificado pero a veces se necesita un poquito más de experiencia ante casos tan complicados de abordar, y me reitero en que me sigue pareciendo indignante que se haya producido esta gran pérdida para la unidad de oncología. Pues bien, varios meses después seguimos sin saber dónde van a poder establecerse nuestros queridos Javier y Nadia. Me parece absolutamente detestable que no se los estén rifando en todos los hospitales de España, máxime cuando en Europa están más que reconocidos como grandes profesionales en su campo.

Me gustaría saber en qué piensan políticos, gerentes y demás personal que gestiona nuestra sanidad para establecer los criterios de selección de personal. Supongo que cada cual sabrá los suyos. Yo en mis cortas luces y con el poco sentido común que me pueda quedar después del trance que me ha tocado vivir (con pandemia incluida) y de las secuelas que aparecen a nivel cognitivo tras los tratamientos contra el cáncer digo una cosa ¿si se politizan los méritos de nuestro personal sanitario y Javier y Nadia salvan vidas o consiguen que la parca no nos sorprenda antes de lo previsto no se debe tener en cuenta como méritos laborales? Porque sus pacientes sí lo vemos y seguimos esperando y desesperando por saber si podremos volver a convertirnos en pacientes suyos, así tengamos que trasladarnos a lugares inhóspitos si llega el caso. Pienso yo, luego existo, que si los pacientes nos curamos o al menos conseguimos tener más años de supervivencia para cualquier hospital es buena prensa. ¿O es que me he quedado demasiado “tocada” por las cositas que me pusieron en vena para que a día de hoy pueda decir que estoy “casi bien”? Sinceramente, demasiado bien funcionan mis sinapsis como para pensar que lo mío va a ser del riego…

Creo que mis compañeros de batalla, Silvia, Alfonso, Ana (entre otros), sus familias, la mía también, por supuesto y nuestros médicos merecemos algo más que indiferencia o que se nos diga que hay mucho volumen de trabajo y ya nos llamarán cuando puedan. ¿Cómo es eso? ¡El mismo volumen que tenían Javier y Nadia señores, ni más ni menos! Algo no me cuadra… Será porque me considero de letras… Y como las letras me salen como churros pues me gustaría que este nuevo artículo llegase a la misma cantidad de público que el anterior o a ser posible a más aún. Lo único que pido es que de una vez se remuevan las conciencias de los que gestionan este sistema público y pedirles, hasta el punto de la súplica si es necesario, que por favor les permitan a estas dos extraordinarias personas poder realizar su trabajo aquí en nuestro país y no demos lugar a que se produzca una nueva fuga de cerebros. Si para ello tengo que andar a Dios rogando y con el mazo dando así será, porque creo que los pacientes de “casos raros” merecemos un trato digno de amor más que de dolor. Ya que depositamos nuestra confianza más ciega en su saber hacer y a día de hoy seguimos un poquito “huérfanos”.

Desde aquí agradezco a José Manuel González Arquero que me de voz y voto en su medio de comunicación “El Faro Motril” y a todos los que me seguís de manera incondicional por vuestro apoyo y cariño.

¡A compartir se ha dicho! Millones de gracias y millones de besos.

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