La alcaldesa reivindica el «orgullo histórico de Motril» en la conmemoración del 13 de enero

R.E.F.

Brillante conferencia del Cronista Oficial y colaborador de EL FARO, Manuel Domínguez García, sobre los terremotos sufridos por la ciudad en 1804 y 1884

ACTO CONMEMORATIVO

La alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro, realizó ayer una llamativa defensa del peso histórico del municipio durante el acto organizado por el Área de Cultura del ayuntamiento motrileño, en el transcurso del cual el historiador y Cronista Oficial de Motril, Manuel Domínguez García, ofreció una brillante conferencia sobre los seísmos que asolaron la ciudad y todo su territorio periférico en 1804 y 1884; precisamente en el día en que el calendario local marca la conmemoración del Día de los Terremotos.

La primera autoridad municipal extendió el marco de su intervención mucho más allá de los terribles sucesos del siglo XIX al reivindicar el “orgullo histórico de los motrileños”; una actitud colectiva que está emergiendo con fuerza después de que, durante buena parte de la segunda mitad del Siglo XX, se afianzase, en la población motrileña la convicción de que la nuestra era una ciudad sin historia. “La desaparición de buena parte de los vestigios físicos, patrimoniales y monumentales del casco urbano y de la línea de costa, durante ese periodo, contribuyó a acrecentar la sensación de que el pasado fue una línea plana, porque siempre se pensó que la ausencia de esos vestigios delataba la ausencia de hitos y acontecimientos históricos en el devenir de los siglos”, relataba la alcaldesa.

Sin embargo, para García Chamorro por fortuna el inicio del Siglo XXI “ha traído una auténtica revolución en la relación de los motrileños con la historia de su pueblo; porque los ciudadanos han descubierto que existe un legado inmaterial tan valioso como inabarcable que se extiende desde el origen de los tiempos”. En relación a ello, la alcaldesa aludió a los grandes hitos que han marcado el devenir de los siglos en la ciudad, destacando “la labor ingente, profesional y entregada de nuestros historiadores locales que llevan lustros, décadas, empeñados en devolver a los motrileños el conocimiento de sus raíces, esencia e importancia como pueblo”. Así, se refirió en concreto a Manuel Domínguez García y Domingo Antonio López Fernández, cronistas oficiales de Motril, “gracias a los cuales nuestro pueblo puede honrarse de exhibir y mirar de frente a su historia, una historia brillante y maravillosa construida, generación tras generación, por motrileños que amaron, defendieron, hicieron crecer y lucharon por una tierra privilegiada por su marco geográfico, estratégico y sobre todo humano”.

La alcaldesa de Motril se refirió, especialmente, a la la relevancia de dos años que marcaron profundamente el devenir no ya de la historia de Motril, sino de la intra-historia de sus habitantes: los terremotos de 1804 y 1884, que ayer rememoró la ciudad con la renovación del voto de acción de gracias que simboliza en la devoción a las imágenes de Nuestra Señora de la Cabeza y Nuestro Padre Jesús Nazareno, a quien el pueblo se encomendó como remediadores de los dramáticos sucesos.

LAS AUTORIDADES EN LA EUCARISTÍA EN LA IGLESIA MAYOR DE LA ENCARNACIÓN…

Conferencia

De esta forma se puso pórtico al acto celebrado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Motril, cuyo concejal Miguel Ángel Muñoz Pino celebró como “una aportación muy valiosa al conocimiento de las raíces de nuestro pueblo, que es mucho más necesario para las nuevas generaciones de motrileños que deben conocer la grandeza de nuestra historia”, dijo el edil.

Detalle importante es que para llegar a todos los públicos y debido a las limitaciones físicas actuales de aforo, la conferencia celebrada en el Museo Hernández Quero fue difundida en directo a través de la página de Facebook de la propia Área de Cultura, lo que permite extender en el tiempo el seguimiento de una conferencia insólita e interesante ofrecida por el Cronista Oficial y colaborador de EL FARO, Manuel Domínguez García. El historiador, no obstante, no se centró exclusivamente en los terremotos que asolaron la población durante el siglo XIX y que comenzaron el 13 de enero de 1804 y el 25 de diciembre de 1884, extendiéndose ambos durante varios meses, sino que realizó una detallada exposición de los seísmos sufridos por Motril a lo largo de toda la historia conocida, desvelando aspectos y detalles desconocidos y verdaderamente reveladores “de la valentía, de la fuerza y de la capacidad de salir adelante que siempre ha mostrado este pueblo en sus momentos más difíciles”, dijo Domínguez.

El historiador motrileño, en cuyo haber destaca la recuperación de buena parte del legado no sólo inmaterial sino físico del pasado de la ciudad, reivindicó el papel decisivo tanto de personajes relevantes como Pedro Moreu, alcalde de Motril en el periodo de los terremotos de 1884 y posterior epidemia de cólera en la ciudad, como de los motrileños sencillos y humildes “que vencieron a la calamidad con su esfuerzo para sacar adelante a sus familias y construir la prosperidad de esta tierra”.

Domínguez aludió a aspectos muy concretos de los movimientos de tierra que ayer se conmemoraban incluso a aquellos mal ubicados históricamente, como la propia petición de intercesión divina hacia las imágenes de Nuestra Señora de la Cabeza y Nuestro Padre Jesús Nazareno “ya que el pueblo se encomendó a ellos no sólo durante los terremotos que hoy recordamos, sin aquellos que se produjeron mucho antes incluso en el siglo XVII”, por lo que el sentido religioso del recuerdo motrileño se extiende mucho más atrás en el tiempo de lo que se daba por establecido.

Por último, tanto la alcaldesa Luisa María García Chamorro como el concejal de Cultura, Miguel Ángel Muñoz Pino, aseguraron que el gobierno local va a seguir trabajando muy a fondo para hacer llegar a los motrileños el grueso de una historia que el municipio puede exhibir sin complejos.

Misa y voto de la ciudad

La noche del 13 de enero se cerró con la celebración de la Misa que puso fin al quinario celebrado en honor de las imágenes de Nuestra Señora de la Cabeza Coronada y Nuestro Padre Jesús Nazareno, en el interior de la Iglesia Mayor motrileña. Jornada en la que debería haberse celebrado la procesión oficial del Día de los Terremotos, suspendida este año a causa de la pandemia. La alcaldesa y una amplia representación del Gobierno de la Ciudad acudió a la Eucaristía, celebrada con las preceptivas medidas de seguridad, a cuyo término se dio lectura al Voto de la Ciudad, por el que el Consistorio de Motril se encomendó a las veneradas imágenes de sus copatronos a consecuencia de los terremotos del 13 de enero de 1804, y que se revalidó en 1884 llegando hasta nuestros días.

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