R.E.F.
Antes de que SSMM recorriesen más de 300 calles de todo el municipio, en una caravana inaudita e irrepetible, fueron recibidos por la alcaldesa, Luisa García Chamorro, quien por primera vez les entregó la Llave de Oro de la ciudad
Estaba claro que la situación sanitaria que está viviendo todo el planeta no sería capaz de anular ni los sentimientos ni las emociones del 5 de enero. Paradójicamente, pese a que Motril ha suspendido (por primera vez en casi medio siglo) su cabalgata de reyes, la presencia de los monarcas en las calles ha sido la más importante de toda la historia de la ciudad, dejando para el recuerdo la imagen impactante de los motrileños asomados a cientos de balcones engalanados, terrazas, azoteas o a pie de calle en cualquier rincón de la ciudad y sin concentraciones humanas; niños y personas muy mayores que jamás habían visto a los reyes en sus barrios, gente agradecida y emocionada por esta singladura real que marca un antes y un después en la trayectoria de los casi cincuenta años de la cabalgata de Motril.
Un impresionante operativo humano y técnico, desarrollado durante las semanas precedentes, hizo posible que la visita de los tres magos se desplegase por la totalidad del casco urbano y anejos; algo impensable hasta la fecha y, posiblemente, irrepetible. Ayuntamiento, Policía Local y Asociación Pro Cabalgata de Reyes han sumado esfuerzos, imaginación y mucha ilusión para que los niños viviesen una jornada única en el tiempo y durante la cual la comitiva real recorrió calles y zonas de Motril que, por su tipología, dimensiones o lejanía, jamás había pisado antes la corte real. Todo ello con la intención de evitar desplazamientos de familias hacia zonas concretas, aglomeraciones o concentraciones que, aunque mínimas, pudiesen ser un riesgo añadido a la ya difícil situación actual. Tal fue así que los Reyes Magos llegaron, literalmente, a las puertas de muchos hogares de los cuatro puntos cardinales de Motril, algo que para muchas personas resultó, literalmente, el mejor regalo de reyes.
Pero antes había que agradecer el esfuerzo de los ilustres personajes, que se triplicaron (por efecto de la magia) este año. La alcaldesa, Luisa María García Chamorro, les invitó a la recepción oficial celebrada –por primera vez- en el Salón de Protocolo del Ayuntamiento de Motril, donde les entregó la Llave de Oro de la Ciudad “en un gesto que simboliza no sólo nuestro respeto hacia Sus Majestades, sino la creencia firme de todo nuestro pueblo en que nuestra Esperanza prevalecerá y que, con vuestra ayuda, nos hará salir de esta situación”. La alcaldesa, acompañada por la totalidad del gobierno municipal, se sinceró públicamente ante los monarcas al reconocer que “es imposible no sentirse emocionada e ilusionada sabiendo que los propios reyes, sabiendo que no habría cabalgata, insistieron en acercarse a todos los barrios de Motril para que los niños les viesen y para que los grandes recordasen la importancia de mantener viva la ilusión”.
Motor humano
García Chamorro no quiso pasar por alto la importancia del motor humano que ha movido esta movilización, sin parangón hasta la fecha, en la ciudad y sus anejos: “ha habido mucho esfuerzo anónimo, muchas personas, empresas, colectivos, personal municipal, la policía local al completo, la extraordinaria disposición de la Asociación Pro Cabalgata… todos han sido el alma de esta experiencia histórica”, destacaba la primera autoridad municipal.
Es obvio que no ha resultado fácil realizar la planimetría de una ciudad y anejos tan extensa, de la misma forma que la comitiva real se hizo presente al mismo tiempo en tres espacios diferentes del municipio (algo que sólo los reyes pueden conseguir). Durante cerca de tres horas, el casco urbano recibió una auténtica conmoción de sirenas, gritos y muchas risas en una tarde noche inolvidable en la que, una vez abiertas las puertas del recinto de La Alcoholera, la ilusión recorrió más de cien kilómetros de calles de Motril, ofreciendo estampas insólitas en lugares tan alejados del centro de la ciudad como el barrio del Pilar, San Antonio, Los Álamos, Las Angustias, Esparraguera, Varadero y Santa Adela, Las Ventillas, Puntalón o La Garnatilla, entre otros muchísimos enclaves más, además de la emoción que supuso transitar ante las puertas del Hospital de Motril o en callejuelas históricas como las del barrio de La Esparraguera. Y todo ello sorteando no pocas dificultades técnicas, inevitables cuando se ha de movilizar tanta gente y medios como sucedió anoche en un Motril entregado y rendido a los Reyes Magos, pero con manos generosas dispuestas a solventarlas sobre la marcha para que la ilusión llegase a todo el municipio.
Al término de la visita real a toda la ciudad, y justo antes de que Sus Majestades iniciasen el recorrido por las viviendas particulares, la alcaldesa volvió a darles las gracias y el adiós emocionado de la ciudad, al tiempo que transmitió al presidente de la Asociación Pro Cabalgata de Reyes Magos de Motril, Manuel Martín, y a todo su equipo su más sincera felicitación “y reconocimiento de la ciudad por ser los embajadores de la ilusión y ayudar, cada año, a los reyes a cumplir con un ritual no sólo tradicional e histórico, sino necesario para el corazón de los motrileños”.