R.E.F.
Los vecinos han engalanado fachadas y calles con elementos propios de las fechas totalmente integrados en su tradición y acervo cultural, en un auténtico derroche de imaginación
El anejo motrileño de La Garnatilla además de ser, con creces, uno de los enclaves más bellos de toda la Costa Tropical, no quiere que los signos externos de la Navidad sean los convencionales; al contrario: sus vecinos han dado a las calles, las fachadas de sus casas, porches, plaza central y otros muchos rincones comunes un toque de originalidad basado en la integración de la decoración navideña con los signos y objetos que mejor definen la tradición cultural y popular de este pequeño pueblo.
Tal es así que, bajo las luces de Navidad, resplandecen multitud de adornos y elementos decorativos para los que se han empleado desde utensilios agrícolas hasta domésticos y mucho material reciclado. Es más, la singular tipología de las viviendas de La Garnatilla ha propiciado que bombillas, macetas, cubos, carros, muñecos y hasta bicicletas dibujen una estampa insólita y entrañable, llena de creatividad y magia (sobre todo en horas nocturnas). Toda esa ornamentación se despliega, igualmente, en los espacios públicos del anejo convirtiéndose en un atractivo más de este tradicional enclave del término municipal gracias a la iniciativa de sus habitantes, capitaneada por la Asociación de Vecinos San Cecilio y la colaboración muy activa de numerosos niños del anejo.
La alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro, no ha querido perderse el resultado de esta iniciativa vecinal y ha recorrido las calles de La Garnatilla en plena noche navideña: “este es un lugar que siempre sorprende y no es una frase hecha; si en cualquier momento del año La Garnatilla asombra al visitante, este año lo va a enamorar en Navidad”, decía la primera edil para quien la actitud de colaboración y participación del vecindario “es un ejemplo de cómo sus habitantes se involucran en el mantenimiento y puesta en valor de todas las tradiciones de la zona, muchas de ellas ancestrales y exclusivas”. La alcaldesa, destacó “el carácter abierto y multicultural de un pueblo que es ejemplo de integración, aperturismo y colaboración en todas sus manifestaciones populares y la Navidad ha servido para que sus vecinos luzcan este espíritu con orgullo”.
Cuento de Navidad
La estampa, casi de cuento de Navidad, que luce La Garnatilla está siendo un auténtico reclamo para visitar la pequeña población que se asoma a la costa desde sus casi 300 metro sobre el nivel del mar y que presume de tener un caserío y traza urbana que pervive al paso del tiempo y de las modas urbanísticas. Con una población estable, acoge a no pocos foráneos que tienen allí su residencia habitual y cuya cultura parece haberse integrado perfectamente en el lugar tanto física como emocionalmente.
La alcaldesa, que visitó el anejo junto a los tenientes de alcalde de Urbanismo y mantenimiento, Antonio Escámez y Débora Juárez, respectivamente; además de los concejales de Anejos, Ángeles López Cano; Juventud, Alejandro Vilar y Deportes, Daniel Ortega, felicitó a los vecinos por esta especial manera de vivir la Navidad: “porque han hecho un esfuerzo increíble sacando la decoración a la calle, pero convirtiéndola en algo realmente hermoso y asombroso, algo que hace que la celebración navideña sea aquí muy diferente y única”.
La visita municipal disfrutó de las explicaciones, sobre el montaje de la ornamentación, ofrecida por varios miembros de la Asociación de Vecinos San Cecilio. Entre ellos, Carmen Martín y Gema Ortega destacaron la ilusión con que todos los habitantes han colaborado en esta impresionante iniciativa de la que los niños han sido parte muy activa, demostrando que “La Garnatilla está muy viva y siempre dispuesta a sorprender”.