Por, Domingo Aº López Fernández
-Cronista Oficial de la Ciudad de Motril-
Ayer sábado la iglesia del Carmen inauguraba el belén que ha sido erigido por el grupo joven de la hermandad del Perdón junto a la capilla de San Judas Tadeo
Desde hace escasos días Motril vive con intensidad el espíritu de la Navidad. El puente festivo ha sido el momento elegido para proceder a la iluminación extraordinaria que luce la ciudad, aunque por razones de la pandemia este año no ha gozado del acto oficial del encendido que viene a convocar a numerosos vecinos y visitantes. Junto a los arcos de luz que dan el toque festivo a las principales calles de Motril, miles de pascueros, las peculiares flores de Pascua, confieren el toque del color a jardines y plazas. La navidad ha llegado, sin duda, aunque este año con la tristeza y el malestar que deriva del elevado número de personas fallecidas por los efectos de la pandemia y los interminables contagios que no cesan de elevar el número de afectados por el Covid-19.
En la liturgia de la iglesia vivimos estos días el tiempo de adviento, es decir, el trascurso de los cuatro domingos que anuncian la venida del Hijo de Dios a la tierra que, no olvidemos, es el verdadero sentido de la celebración navideña. Por ello, los templos radicados en la ciudad han comenzado a montar los tradicionales belenes que recrean el nacimiento de Jesús con la inestimable ayuda de hermandades, cofradías y personas afines a fraternidades religiosas. Sin ir más lejos, este mismo sábado la iglesia del Carmen inauguraba el belén que ha sido erigido por el grupo joven de la hermandad del Perdón junto a la capilla de San Judas Tadeo. El acto de su bendición tenía lugar en la tarde del sábado tras la eucaristía del día y era llevado a cabo por D. Alberto Sedano, párroco y consiliario de la hermandad. El belén constituye todo un portento del paisaje que recrea la venida del Mesías a la tierra, una fiel estampa del lugar sagrado que idealiza oficios tradicionales y personajes dotados de movimiento real.
En la misma tarde del sábado e igualmente tras la eucaristía del día tenía lugar la bendición del Nacimiento que ha erigido la cofradía de la Oración de Nuestro Señor en el Huerto de los Olivos en la iglesia de la Victoria. Se trata del misterio del Nacimiento del Hijo de Dios representado a tamaño natural con las tres figuras claves del mismo, San José, la Virgen María y el niño Jesús, además del Ángel que anuncia su venida al mundo. En palabras de su artificie, el cofrade Antonio Ruiz Blanco, la idea surgía tras la imposibilidad de montar este año el tradicional belén en su casa-hermandad por cuestiones de la pandemia que desde hace meses nos afecta perniciosamente. Con ello, y por primera vez en la historia de su corporación cofrade, decidieron erigir un “Nacimiento” en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús utilizando para ello la imagen de su titular mariana, María Santísima de la Victoria, revestida como Virgen de Belén dado el carácter letífico de su advocación y la ausencia en su rostro de las lágrimas que le identifican como dolorosa de pasión. Para extremar las medidas de prevención del contagio, el misterio ha sido montado por un reducido grupo de cofrades en el que se encuentra el mismo Antonio Ruiz Blanco, el hermano mayor de su hermandad, David Merino, el albacea Ramón Sabio y el hermano mayor de la hermandad del Gran Poder, José Molina Pérez. El conjunto escultórico que recrea el misterio del nacimiento del Hijo de Dios se plasma sobre un altar con dosel que ha sido realizado esta misma semana teniendo como colofón la noche del viernes, jornada en la que a puerta cerrada se pudieron vestir las imágenes. Antonio Ruiz ha referido a EL FARO que es tradición que los belenes se monten en casa en el puente de la Inmaculada, aunque lo adecuado es realizarlo trascurrido el tercer domingo de adviento, como muy bien refería el consiliario de la hermandad, el Padre Jesús Sainz Verano. El mismo había anunciado minutos antes que en la tarde del viernes ya fue bendecido por el Papa el que se ha erigido en el Vaticano, con lo que se puede afirmar que el Nacimiento motrileño no se anticipa en nada en las prácticas cristianas. Antonio Ruiz reseñaba igualmente detalles muy particulares del misterio tales como el hábito nazareno en miniatura que representa a su hermandad y que ha sido confeccionado por María José Blanco, propietaria igualmente de la imagen del Niño Jesús, un costal en honor del cuerpo de costaleros, el recuerdo a los Reyes Magos con el incienso, mirra y oro que recoge un pequeño cofre y los múltiples frutos del lugar junto a los pascueros representativos de la navidad. Por su parte José Molina Pérez, hermano mayor de la hermandad del Gran Poder, hacía trasladar a EL FARO la estrecha colaboración que mantiene desde hace años con la cofradía del Huerto y esa buena armonía ha procurado que Antonio Ruiz les solicitase la imagen de su Cirineo para ser revestida como San José y acompañar a su Virgen en este glorioso momento de la Vida del Mesías. El conjunto creado es realmente bello y significativo y desde estas páginas invita al pueblo de Motril a visitar el misterio para vivir con intensidad el espíritu de la Navidad.
Finalmente solo resta decir que el acto de bendición del Nacimiento fue realizado por el Padre Jesús Sainz, quien pidió a todos los feligreses que viviesen con intensidad estos días y que lo hiciesen en la iglesia participando de la eucaristía. Tras el acto de la bendición se procedió a entonar por parte del coro de la iglesia el cántico “Siempre es Navidad”, que supervisado en su letra por el padre agustino recuerda que “Navidad es esperanza, Navidad es alegría, Navidad es el camino que recorres cada día, Navidad es cercanía y el camino que recorres sin pasión”. Ultimado el acto, los artífices del Misterio fueron felicitados efusivamente por todos los feligreses presentes.