3 de diciembre: puede que haya que celebrar, pero hay mucho que reivindicar
En pleno siglo XXI cualquier ciudad o municipio debería ser accesible con la finalidad evidente de que todos los ciudadanos, todos, pudieran moverse con total libertad, independientemente de cuál sea su condición física, psíquica o sensorial.
Sin embargo, en este 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, les ofrecemos en EL FARO un listado de barreras arquitectónicas de toda índole que, todavía, siguen existiendo en nuestras calles y avenidas, por lo que conforme vayan leyendo comprobarán que son tristemente ciertas y reales en nuestro paisaje urbano.
Barreras urbanísticas:
-Calles demasiadas estrechas para el paso de personas en silla de ruedas, personas mayores con andador, etc….
-Calles con desniveles con pendiente demasiado pronunciada para personas en silla de ruedas.
-Escaleras sin adaptación o bordillos sin una pequeña rampa que permita el paso entre la acera y la calzada.
-Rampas con una pendiente superior al límite permitido o sin una anchura mínima de paso.
-Obstáculos en medio de la acera como señales, semáforos, farolas, papeleras, etc. estrechando el desplazamiento normal de las personas.
-Pavimentos discontinuos o con hundimientos.
Barreras arquitectónicas:
-Acceso principal con escaleras o pendientes demasiado pronunciadas.
-Puertas con un ancho mínimo a 80cm o giratorias.
-Zonas de paso demasiado estrechas para que una persona en silla de ruedas pueda pasar o realizar un giro.
-Muchas comunidades de vecinos disponen de un pequeño desnivel con escaleras antes de llegar al ascensor. En estos casos, puede realizarse la instalación de una plataforma salva escaleras o un elevador de corto recorrido.
-Pavimentos discontinuos, resbaladizos o con alfombras que no están pegadas al suelo.
-Mostradores o recepciones a una altura demasiado elevada y que impide una correcta visión de las personas en silla de ruedas, los interruptores, pulsadores, o pomos deben estar a una altura alcanzable.
Barreras en el transporte:
-Ausencia de transporte público disponible.
-Transporte público no adaptado el acceso al vehículo en silla de ruedas.
-Transporte sin espacios adaptados a sillas de ruedas y sin anclajes de seguridad.
-Marquesinas adaptadas para las personas con movilidad reducida.
Barreras en las comunicaciones
-Semáforos sin adaptación auditiva para el paso de invidentes.
-Obstáculos en las vías de circulación que dificultan el paso de una persona sin visión.
-Ausencia de lecturas en braille en distintas señalizaciones.
-Falta de recorridos táctiles por medio de cambios de texturas en el pavimento.
Todas estas soluciones para paliar las dificultades de accesibilidad a las que se enfrentan cada día las personas con discapacidad, pasan por una mayor conciencia de los regidores públicos y una mayor inversión de las administraciones.
La Asociación de Discapacitados Costa y Alpujarra (ADCAL), entiende que es un día de reivindicación para conseguir la accesibilidad universal y todos los derechos.
El responsable de ADCAL, Ismael Rodríguez, subraya, “en este día se hace necesario, desde la entidad que presido y en representación de distintos colectivos de personas con discapacidad, que hagamos llegar nuestras propuestas a los representantes políticos de toda la Costa y Alpujarra, para que se respeten los derechos reconocidos en las legislaciones aprobadas. Esta es, además, la auténtica razón de ser del movimiento asociativo”.
Desde la Asociación de Discapacitados Costa y Alpujarra, con sede en Motril, “deseamos poner de manifiesto la necesidad del cumplimiento de la normativa legislada, la revisión comparativa de dichas leyes y su enmienda, si fuera necesario, a fin de lograr la mayor participación de los ciudadanos y ciudadanas con discapacidad en la sociedad, indica Rodríguez.
Igualmente, desde ADCAL se destaca la necesidad de conocer e identificar los diferentes tipos de discapacidad y su censo para avanzar en la investigación, la planificación de los recursos y las acciones a desarrollar, “por lo que planteamos la necesidad de la solidaridad internacional de cara a terminar con estas situaciones de clara discriminación. Queremos una ciudad más accesible y defender los derechos de calidad de las personas con discapacidad”, concluye Ismael Rodríguez en declaraciones a este diario.
Después de realizar este reportaje, desde EL FARO, podemos concluir que las ciudades no están a la altura de las personas con discapacidad, quedan muchos logros por conseguir en favor de unos colectivos que padecen dificultades reales en su devenir diario, a los que parece no se les hace desde las distintas administraciones el caso y no se les dispensa la atención que merecen por derecho propio. Está bien que todos nos sumemos a los «lemas» en días como el de hoy, ahora bien, sería bueno comprobar que las proclamas se hacen realidad por parte de aquellos que manejan los «asuntos públicos», para beneficio general de la ciudadanía.