TODOS SUMAMOS Y JUNTOS MULTIPLICAMOS
Las Unidades de Cuidados Intensivos son el paradigma hospitalario del trabajo en equipo, algo así como una coreografía del ballet Bolshoi o el pitstop de la fórmula 1. Cada persona tiene un rol y es fundamental en el buen resultado global: todos sumamos y juntos multiplicamos.
Como en todos los equipos, pareciera que hay gente que brilla diferente desde fuera, pero la realidad no es esa desde dentro. Tan importante es decidir un tratamiento médico como administrar un cuidado; tan necesario es tener una habitación limpia como hacer la higiene a los pacientes; tan básica la movilización como necesaria la atención emocional o incluso espiritual.
Si algo nos ha traído bueno a las UCI la pandemia, eso ha sido visibilizar lo que hacemos cada día. Ventiladores, altos flujos, juegos de pronos, ECMO, criterios de ingreso, EPI, limitación de soporte, camas estructurales…Nunca se habló tanto de algo que era tan desconocido para la población general, incluso a veces para las propias familias de los profesionales de las UCI. Ahora casi todo el mundo sabe lo que hacemos, y eso nos acerca al respeto y nos aleja del miedo. También nos humaniza y los miles de compañeros fallecidos en todo el mundo en acto de servicio nos recuerdan nuestra propia vulnerabilidad. Las UCI no son sucursales del infierno, sino lugares donde la mayoría de los pacientes sobreviven y donde nos esforzamos para que aquellos que han de fallecer, lo hagan de la manera más digna posible. La UCI es una segunda oportunidad.
A esto dedicamos nuestra vida, y nos preparamos muchísimos años para ello. No solo a nivel teórico, sino también en la práctica del día a día. La pandemia ha puesto de manifiesto que es urgente y fundamental la especialización reglada de todo el personal que trabaja en la UCI, no solo de los médicos intensivistas. Esa es otra de las acciones de mejora que corresponderá al Ministerio, porque los ventiladores, las camas, las mascarillas se pueden comprar. Desde fuera se pone el foco erróneamente en la tecnología y los recursos materiales. Pero los profesionales de UCI hay que hacerlos: necesitamos enfermeras, personal auxiliar, técnicos en transporte interno y gestión auxiliar (los celadores de toda la vida) especialistas en UCI. Pero también necesitamos fisioterapeutas, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales especializados en UCI. Solo en equipo podremos conseguir la excelencia que todos merecemos, y esto no puede ser fruto de la improvisación.
Sirvan estas letras para agradecer a cada una de las personas que trabajan en las UCI del mundo su trabajo hoy y siempre, independientemente de su rol. Desde la transversalidad y girando alrededor de los protagonistas (pacientes y familiares), las UCI podrán transformarse en esos espacios más amables y humanos para todos. Es una cuestión de necesidad.
Jefe de Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Comarcal de Santa Ana.
Director de Proyecto HU-CI
(gabi@proyectohuci.com)