Huesos de santo, buñuelos de viento o la cazuela mohína son los dulces favoritos para los vecinos de Almuñécar para el Día de Todos los Santos

R.E.F.

La cazuela mohína es el postre elaborado con almendras típico de Almuñécar en estas fechas

CAZUELA MOHINA, POSTRE TIPICO DE ALMUÑECAR…

La gastronomía juega un papel destacado en un municipio turístico como Almuñécar y, en vísperas del Día de Todos los Santos, el arte culinario no iba a ser menos. Además de recordar a los seres queridos, es el momento de endulzarnos el paladar con los dulces típicos de esta época. Existe una gran variedad de dulces para celebrar esta fecha, pero los preferidos de los sexitanos son los huesos de santo y los buñuelos de viento, tal y como afirma José Luis Hernández, propietario de la pastelería Mari-Trini, con una experiencia de 49 años elaborando productos de forma artesanal en la Costa Tropical. Además, un dulce típico de Almuñécar, y de origen árabe, es la cazuela mohína, una tarta que antiguamente se consumía en Navidad, pero ahora se puede disfrutar en otros momentos del año.

La materia prima de la Navidad es, sin duda, la almendra. Es el ingrediente destacado de las elaboraciones que se pueden consumir en estas fechas: “Los huesos de santo se elaboran con mazapán y yema de huevo. Una parte de almendra y otra de azúcar. Los buñuelos que tienen más éxito son los que hemos probado desde la niñez: los de crema y nata, pero también tenemos otros elaborados de crema de chocolate y de manzana”, concluye Hernández.

En cuanto a la cazuela mohína, se elabora con almendra, miel, pan y aceite, como ingredientes principales, y especias: canela, anís verde, clavo y azúcar moreno. Se sirve en una cazuela de barro, lo que le otorga una apariencia más tradicional. Este dulce se hacía con el pan duro que sobraba en los hogares, y se ha convertido en el postre más característico de Almuñécar.

La festividad de los Santos, muy influenciada por Halloween, provoca que los establecimientos decoren sus escaparates con calabazas y otros elementos característicos.

Manuel Fajardo, uno de los propietarios de la panadería-pastelería Caribe, que desde 1982 ha distribuido pan, productos de bollería y pastelería por el municipio, explica que los chocolates que preparan en estas fechas, buscan llamar la atención de los clientes con colores más vivos y llamativos. Fajardo comenta que llevan trabajando para el 1 de noviembre desde la semana pasada, por lo que el trabajo dedicado, en exclusividad para este día, es de unas tres semanas.

En esta semana, previa al Día de Todos los Santos, el negocio da el pistoletazo de salida de la Navidad. En este puente, se comenzará a ver parte del surtido de Navidad: mantecados, polvorones, roscos de anís, hojaldrinas, etc. “Dentro de mi experiencia, los almuñequeros suelen comprar mantecados, polvorones, roscos y alfajores. Otra de nuestras especialidades, con la que empezamos en el puente de los santos, son los panettones. El número uno es el de chocolate y naranja, y el tamaño que hacemos nosotros es de kilo y de medio kilo. Otro que es toda una exquisitez es el panettone de té matcha con cobertura blanca”, explica el propietario de Mari-Trini.

La pastelería cuenta con un surtido de dieciocho clases de bombones. El más destacado es el de chocolate relleno de Ron Montero, el ron de caña de azúcar de Motril.  La Navidad y  Reyes suponen un 20% del trabajo del año para Mari-Trini, y la incertidumbre de la Covid-19 deja en el aire los pronósticos de cara a estas fechas. “Este verano ha sido muy raro, con días más fuertes y otros más flojos, y en la Navidad no sabemos si haremos pleno o no”, añade Hernández. De cara a la Navidad, elaboran turrón de mazapán, de Alicante y de Jijona, así como el típico producto del “pan de Cádiz”, elaborado de fruta y carne de membrillo.

Por otro lado, Manuel Fajardo expresa que las dos semanas de Navidad han supuesto, años anteriores, entre un 40% y un 50% de los beneficios para la pastelería Caribe: “Este año no sabemos cómo funcionará. El verano ha sido atípico y desde lo ocurrido este fin de semana, con la declaración del Estado de Alarma, no sabemos qué ocurrirá”, señala.

José Luis Hernández añade que la climatología también influye en el sector: “Cuando se alarga el verano se tarda más en vender los productos navideños. Si hace calor en octubre, se para todo, porque pensamos en cosas más fresquitas. Estamos esperando esta semana, a ver si hacemos una buena campaña”, subraya.

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