R.E.F.
La artista, inmersa en una intensa etapa de formación académica, ha compartido ya su pasión y tablas con grandes figuras del flamenco e incluso con Alejandro Sanz
El talento artístico es un don cuando se adquiere en los primeros años de la vida de una persona, “pero en el caso de Sara Sánchez, ella ya nació con el arte metido en las venas y con el flamenco llevándola de la mano al mismo tiempo que aprendía a andar”. Así se refería hoy la alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro, a la jovencísima artista que promete ser en el futuro una de las grandes bailaoras que, además, lleve el nombre de Motril a todos los niveles.
Hoy, la primera autoridad municipal junto a varios miembros del Gobierno de la ciudad, ha presidido la recepción brindada a Sara Sánchez, quien ha acudido junto a sus padres, Chema Sánchez e Inmaculada Rico y su hermana pequeña, Sheila. La alcaldesa, a tenor de la tradición y el arte arraigado en sus progenitores, no ha pasado esto por alto: “el arte, como la bondad, se transmite de padres a hijos y Sara llevaba en sus genes la pasión del baile, hasta el punto de muy pequeñita ya nos demostró cual iba a ser su camino, un camino en el que iba a triunfar”.
Para la primera edil, “es un orgullo saber que una jovencísima motrileña haya dado pasos tan firmes y seguros en su pueblo: formándose y aprendiendo de las grandes figuras de nuestra tierra”. De hecho, ha ido dando saltos poco a poco, para aprender y compartir su pasión con los más grandes del flamenco andaluz y nacional: Manuel Liñán, Manuela Carrasco, Pastora Galván, Juan Andrés Maya, Carmela Greco, el maestro Manolete, Juan Fernández “el Barullo”, Paloma Fantova, Antonio Canales, Raquel Heredia “la Repompilla” y Juan Manuel Fernández Montoya “Farruquito”. Todo ello sin olvidar hechos y momentos que la llenaron de luz y orgullo, como el haber bailado con Alejandro Sanz en el concierto que dio el artista en Madrid en 2019 o compartiendo escenario con David de Jacoba y Kiki Morente, entre otros muchos.
En 2014 tuvo la valentía de crear su propio espectáculo y, a partir de ahí, compartir tablas con muchos, muchos artistas de los también muchos con los que formará parte de la leyenda de las grandes bailaoras que ha dado nuestra tierra, una tierra que a vueltas de pocos meses acogerá un montaje que ella misma ha querido que se estrene en Motril.
Emocionada, Sara Sánchez se refirió a la situación actual en el marco artístico: “son tiempos muy difíciles, donde no hay día en que no veamos que todo va cuesta abajo pero yo quiero ser positiva, seguir formándome y preparándome, porque la ilusión puede con todo”, decía la bailaora.
Para sus padres, la joven es un ejemplo tanto de esfuerzo como de constancia a la que nunca le ha faltado ni el empuje ni la apuesta de su familia por ella: “lo tuvimos muy claro desde el principio, desde que su madre se dio cuenta de que Sara tenía algo especial y cualquier sacrificio que hayamos hecho o vayamos a hacer está más que justificado porque tenemos que hacer lo imposible para que nuestra hija cumpla su sueño”, decía Chema, su padre.
Este mismo año, Sara recibió el Premio Jóvenes Valores, aprobado por el Consejo Municipal de la Mujer; uno de los tantos agradecimientos y reconocimientos que le ha ofrecido y le ofrecerá la gente de su pueblo, de Motril.