EL BIEN COMÚN

EL BIEN COMÚN

GABRIEL HERAS…

Los hospitales de Granada capital van llenando sus camas a velocidad vertiginosa durante las últimas dos semanas. Las plantas se completan y empiezan a contarse como zona COVID, presagiando la vuelta a la pesadilla vivida no hace tanto tiempo, apenas siete meses. Las UCI se acercan inexorablemente a colgar el cartel de “no hay billetes”, que en otro tipo de eventos siempre se asoció a un éxito rotundo y en este caso representa el mayor de los fracasos. Y sobrevuela el peligro de que la asistencia se centre únicamente en el maldito bicho, dejando de lado a tantas y tantas personas con otro tipo de patologías agudas o crónicas que no son menos importantes.

Tiempos raros y tiempos muy difíciles, donde, paradojas de la vida, es más sencillo cerrar una Facultad que cualquier otro establecimiento. Esto debería hacernos parar para reflexionar. La naturaleza ya nos enseñó durante la primera ola que tan importante es que le vaya bien a un chino, como a un catalán, a una madrileña o a un habitante del Zaidín, por poner un ejemplo. Que todos somos de todos lados, y que lo que pasa en una parte del planeta puede hacer tambalear la otra. Pero pareciera que no hemos aprendido nada.

Señoras y señores, pueden tener por seguro que los profesionales sanitarios daremos otra vez la piel, el esfuerzo y literalmente la vida por todos ustedes. Porque es nuestra esencia y condición: el servicio a los demás en las situaciones de vulnerabilidad extrema. Pero, señoras y señores, les pedimos su ayuda. No podremos hacerlo sin ustedes, sin que cada ciudadano haga su parte. Los niños desde los colegios, los jóvenes en los institutos, los que acuden cada día a los comercios, las personas mayores que se cuidan. Incluso para los que ven una ley y hacen la trampa porque se creen más listos que nadie, este mensaje es universal. Desde cada una de las familias de Granada, en sus casas, necesitamos ahora más que nunca que cada uno de nosotros ejerzamos nuestra parte de responsabilidad. Es una cuestión de pensar y enfocarse en el bien común, para variar. Esto no es ninguna broma, ya lo saben porque ya lo han vivido.

Porque haciendo las cosas como las venimos haciendo, es imposible que el sistema pueda asumir las imprudencias y negligencias de cada uno de nosotros. Los Hospitales y Centros de Atención Primaria somos todos: los pacientes, las familias y los profesionales sanitarios. Y en este difícil partido, necesitamos a todos los jugadores sobre la cancha, concentrados en su tarea y solidarios, ayudándonos unos a otros. Solo así ganaremos un partido que ni siquiera sabemos cuánto durará.

Porque haciendo las cosas como las venimos haciendo, vendrán los debates sobre quién ingresa y quién no, la falta de ventiladores, la mala gestión y todo lo que ustedes quieran. Pero entre reproches y discusiones, lo que está claro es que esta opción será mucho más dolorosa porque nos acabará afectando a todos, como potenciales pacientes o como familiares. Y vendrán las lamentaciones.

Así que les pido su compromiso: ayúdennos a detener la hemorragia de personas afectadas por el coronavirus que tienen que acabar ingresando en los hospitales. No les pedimos que vayan a la guerra. Es algo mucho más sencillo que eso: quédense en casa y salgan lo imprescindible, lávense las manos, usen las mascarillas y mantengan la distancia física.

Solo si estamos juntos lo conseguiremos.

Por, Gabriel Heras

Jefe de Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Comarcal de Santa Ana.

Director de Proyecto HU-CI

Escritor de “En Primera Línea” Un testimonio de la crisis del Coronavirus

(gabi@proyectohuci.com)

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