José Manuel González/EL FARO
La obra ‘The Future. Visiones de un confinamiento, abril 2020’ podrá ser vista a través de código QR, y adquirida físicamente por el comprador, destinando todo lo que se recaude a familias motrileñas necesitadas, a través de la asociación
‘The Future. Visiones de un confinamiento, abril 2020’, tuvo su inicio cuando el mundo se quedó parado ante la aparición del Covid-19, conocido como coronavirus. En ese punto, ante el giro global de nuestras formas de actuar y costumbres cotidianas adquiridas, con la incertidumbre instalada en cada nueva mañana “el encierro me sorprendió sin material y sin ideas, pero en seguida me puse en marcha” ha relevado Antonio Bueno, «ideando ya cómo podía ayudar a las familias más vulnerables por la crisis».
Con dos solas herramientas, la imaginación creativa y la solidaridad, el artista motrileño perfiló su idea y miró a su alrededor en pleno confinamiento, “solo tenía un paquete de papel para acrílico, restos de pintura y rotuladores que algún día utilizaría. No podía comprar nada más por el cierre obligado de los negocios y sin perder más tiempo puse mi cabeza a funcionar desde un punto de vista diferente al que me transmitían los medios informativos, positivé mis impulsos para intentar pasar los días de una manera más llevadera en lo personal, pero sin aislarme del irremediable sufrimiento de la gente”.
El confinamiento con el paso de los días se fue alargando por la tremenda crudeza de la pandemia, que sigue entre nosotros, aunque afortunadamente, con algunas luces al final del túnel gracias a que la mayoría de los ciudadanos seguimos actuando desde la responsabilidad individual y colectiva.
Con un panorama inicialmente desolador “me di cuenta que llevábamos más de 30 días encerrados en cada, y cuál fue mi sorpresa, me había dado tiempo a hacer treinta cuadros, casi todos de 50×70 con unos colores vivos y algunos 2 en 1” subraya Antonio Bueno, “y así es realmente cómo fui viviendo mi particular confinamiento, hasta llegar a este momento”.
Sumergido en diferentes fases creativas “fui a comprar más papel pero las fábricas habían cerrado y no quedaban ya soportes para realizar más trabajos, y me topé con que tampoco tenía nada para reciclar”, ha recalcado Bueno, «pero persistí en la creación que necesitaba expresar».
OBRA TERMINADA, Y CONFINADOS
Antonio Bueno reconoce que en esos días de aislamiento social y vida doméstica su cabeza no paraba de pensar “en una mil y cosas, seguro, que como el resto de mortales”. De pronto entendió que sus cuadros, dada la situación, no podrían ser expuestos, o mejor dicho, la coyuntura no permitiría exponerlos por el riesgo evidente de que la gente se pudiera contagiar en cualquier acción medianamente colectiva, además, las restricciones seguían siendo muy severas dentro de los parámetros de una desescalada progresiva en todo el país. De hecho, su penúltima obra ‘La Resistencia’ sigue confinada en la Casa Condesa Torre Isabel, pues tras la inauguración apareció el coronavirus con toda su negra pandemia.
“Se me ocurrió llamar a una persona que la vida me puso en el camino no hace mucho tiempo y le pregunté que si me podía ayudar y sin dudarlo acepto el reto. Esta persona es Paco Fernández, propietario y gerente de la empresa NewTRON. Su cometido en esta aventura era transformar los cuadros en códigos QR, y ya adelanto que la calidad de las fotos no es la deseable porque están hechas en mi casa con el móvil, por el propio confinamiento” y añade “le propuse a Paco crear un Código QR diferente para cada una de las 30 obras. Sin problema fue su respuesta, aun habiéndole dicho que en ese momento que no podría pagarle de ninguna manera pero que si quería, eligiera el cuadro que más le gustara y se lo quedase. Su respuesta fue rotunda. No te preocupes, lo hago desinteresadamente”, ha explicado Antonio Bueno.
Con los 30 Códigos QR listos y todo terminado, le sobrevino otro pensamiento ¿Ahora dónde expongo? “Había muchas imágenes en televisión que me dolían por mi estado de ánimo y por mis convicciones. De pronto, empecé a ver gente haciendo colas para poder comer y me acordaba, cómo no, de mi madre y de la hambruna que pasó en la posguerra y yo tenía que hacer algo” declara abiertamente y desde el sentimiento, así que llamó a un amigo y le comentó que quería donar el 100% de la obra a alguna asociación sin ánimo de lucro para poder ayudar a gente necesitada. Y dio con la clave para convertir su obra artística en solidaridad.
‘Motril Acoge’, surgió en la conversación, “mi cabeza se retrotrajo diez años atrás, que fue cuando llegué a Motril y entendí que eran ellos los destinatarios, los que sin preguntarme nada de religión, nacionalidad o sexo, me ayudaron sin condiciones. Desde aquí les mando un saludo enorme y les doy las gracias por su apoyo”, ha dicho con emoción a EL FARO.
La asociación Motril Acoge pretende estimular y promover entre los inmigrantes, los asociados y la sociedad en general los principios de solidaridad, paz y justicia. Así, según sus estatutos, los fines principales de esta asociación son: la difusión y defensa de los derechos humanos de los inmigrantes. La acogida del inmigrante, para orientarlo y facilitar su inserción en la vida española. Realizar actividades de carácter formativo, informativo, de asesoramiento y educativo para los inmigrantes. Informar y sensibilizar a la sociedad de la problemática del inmigrante, a fin de evitar los efectos de la pobreza, la marginación, la xenofobia y el racismo.
Gracias al reparto del Banco de Alimentos, por ejemplo, Motril Acoge ha podido atender a 60 familias, personas sin papeles y sin trabajo que están viviendo una situación desesperada. También hemos podido atender económicamente a tres familias en estos días de confinamiento.
HILVANANDO SOLIDARIDAD
Antonio Bueno, convencido de su obra parida en pleno confinamiento y con la idea puesta en la solidaridad dio un nuevo paso, “me puse en contacto directo con Motril Acoge y empezamos a hilvanar cómo debíamos proceder”. Así, a partir de este próximo lunes 25 de mayo estarán los cuadros expuestos en 30 céntricos negocios de Motril, cuadros en código QR, que podrán ver los ciudadanos que lo deseen activando en su móvil el código QR para visualizar la creación de Antonio Bueno y proceder a su compra.
Son 30 cuadros en un código QR con la descripción de las medidas, fecha y un título, con tan solo un requisito para los establecimientos que quieran colaborar: poner el cuadro QR en un sitio visible y si el negocio es con cita previa, ponerlo en el escaparate para no entorpecer las ventas y así dinamizar la actividad comercial. “Al final se podrán quedar el cuadro, que recuerdo, son los primeros que hago y son visionados por vez primera en Código QR, por tanto, quien lo quiera tendrá su primer cuadro del futuro, o por lo menos así lo pienso yo” ha indicado el artista «cada QR lleva una fecha y una leyenda que indica cuándo se creo y su motivo, uniendo cada uno de los cuadros la obra cuenta toda la historia…’1-04-2020… y llegó’ hasta concluir con el título ’30-04-2020… nos hemos convertido en seres vulnerables flotando a merced del viento, agarrados con cuerdas, qué estamos haciendo mal’.
Para que la manipulación de los originales sea la mínima, estarán depositados en la sede de Motril Agoge, en el cartel diseñado está puesto el nombre de la persona responsable con su teléfono para que los interesados se pongan en contacto con la persona indicada de la asociación. Próximamente se elaborará un listado de los comercios que han colaborado.
En este nuevo tránsito creativo, derivado en muchos aspectos de la crisis sanitaria que ha derrapado en una debacle económica y, por su puesto, en evidentes carencias sociales, “quiero dar gracias a la vida por ponerme en el camino tanta gente buena y desinteresada. Todas las personas, vengan de donde vengan, sean de la religión que sean en Motril Acoge van a ser bien recibidos. Lo certifico. Tenemos que colaborar todos y todas, procurando hacer que este mundo sea más agradable”, ha manifestado a EL FARO.
Ante esta nueva iniciativa de Antonio Bueno, en tiempos de crisis, queda sumarse y contribuir a paliar las necesidades de muchas familias motrileñas, pues ahora empieza una nueva batalla, abastecer a la población más vulnerable.