SEGÚN DEL LADO DE LOS 50 CM

PALABRAS AL LADO DEL REBALAE…

MANUEL MARÍA -Articulista-

Comienzo escribiendo esta especie de diario en no se muy bien, que día del confitamiento… Es increíble lo que ha liado el pequeño bichucho… Cómo algo tan pequeño ¿puede tener tan acojonado a tantas personas?

Nos creíamos, algunos más que otros, nos creíamos los dueños del infinito… ¡…y más allá…! –-ue decían algunos-. Pero ha bastado la llegada de éste “pequeño bicho”, virus, para demostrarnos lo contrario. Para demostrarnos lo pequeños que podemos llegar a ser. Lo pequeños y vulnerables…

Este bicho ha sacado todo, repito, todo lo nuestro, todo lo que guardamos en nuestro interior… Todo… Tanto lo bueno, como lo malo, TODO… De un lado podemos ver todos los detalles, pequeños, pero detalles, a los que antes, hace relativamente, poco, y digo relativamente, porque estoy convencido de que no solo a mi, sino a todos, se nos está haciendo interminable, eterno… pero podemos ver todos esos detallitos que nos dan la sensación de necesarios, de inevitables, de… no sé, no se me ocurre, de necesarios, para poder convivir entre nosotros… Desde las palmadas en los balcones, tan necesarias por otra parte; hasta el sinfín de actividades que estamos desplegando en todos los medios… Todos somos mejores… Todos luchamos por los demás, todos nos ayudamos, todos nos apenamos de las penas de los demás, todos nos damos cuenta, todos somos conscientes de las necesidades y carencias de los otros… Pero, y yo me pregunto, ¿no debería haber sido así siempre?

Pero no, es ahora, cuando la necesidad aprieta cuando nos damos cuenta. Nunca es tarde a lo peor…

También aflora de nosotros lo peor, lo malo, lo egoísta, lo chabacano, lo peor de cada uno de nuestro ego… Todos nos miramos de reojo cuando nos cruzamos con alguien… Todos queremos lo mejor, sin pensar cuantos no tienen ni lo básico… De un lado, todos nos odiamos, todos consideramos culpables a los demás… – ¡eso no me hubiera pasado si no hubiese estado con…!!! ¿Cuántos no hemos dicho o pensado esto, o algo parecido?

Todos nos volvemos paranoicos, todos queremos ser policías, todos reprobamos, todos atacamos….

No, no creo que ésta sea la manera de seguir adelante, de poder salir… Esto tenemos, acaso, que tomárnoslo como una prueba, una prueba más de las que todos, y repito, todos los días nos pone la vida… Maldita vida…

¿Cuantas prueba hemos de pasar? ¿Cuántas veces hemos de demostrar que somos capaces…?. Pues tal vez, y solo tal vez, la respuesta esté en la misma pregunta… Hasta que nos lo creamos…. Hasta que lo demostremos… Hasta que los demás lo veamos…

Yo, que ahora, acaso más que nunca, echo de menos a los míos… yo que ahora, acaso más que nunca, valoro a los que me quedan… yo que ahora más que nunca valoro a los que  sin ser los míos me están dando un ejemplo de ayuda, de convivencia, de una mano amiga…

Hoy, bueno en realidad todos estos días, me siento especialmente sensible… Soy, por naturaleza, lo que podríamos llamar llorón, es decir, se me saltan las lágrimas con facilidad, y éstos días para qué decir.

Nunca, jamás, se me han saltado con tanta facilidad como ante situaciones de unidad, de lo que de verdad el PUEBLO, sí con mayúsculas, el PUEBLO UNIDO (sin ánimo de política, por favor, no lo vean como eslogan) puede hacer…

De siempre, es sabido, la unión ha sido, gracias a dios, para lo bueno… que también se ha unido para lo malo… y es ahí, precisamente ahí, cuando el pueblo se une, cuando nos damos cuenta de cuanto mal o cuanto bien podemos hacer… Quedémonos con el cuanto bien… Lo malo ya lo sopesaremos, ya lo evitaremos, si aprendemos de una vez por todas…

Es verdad, no lo vamos a negar, que estas circunstancias nos están poniendo a prueba, nos están haciendo ver las cosas de otra manera…

A lo peor nos hacía falta… A lo peor necesitábamos una prueba de nuestra unión, de nuestra solidaridad, de nuestra empatía… de nuestra fuerza, de nuestro poder. Una vez más, estamos demostrando lo que somos capaces de hacer todos juntos; lo que somos capaces de superar… pero, y por favor lo pido, no lo olvidemos nunca, todos juntos, todos…

Ahora, oigo en televisión, la tengo puesta de fondo, y en ella oigo las quejas de los familiares de los ancianos recluidos en residencias…

¿Ahora? ¿Ahora venís a quejaros? Todos conocemos historias, viejas historias, de gente que se ha desprendido de las obligaciones que suponen los mayores… No puedo, por menos, que acordarme de un anciano, que he conocido, poco, pero conocido… ¿Dónde estará? Y lo más importante: ¿Cómo estará? ¿Cómo lo estará pasando? ¿Estará?, si es así, cosa que espero, un abrazo D. Guillermo, un cariñoso saludo y ÁNIMO, mucho ÁNIMO…

Me acabo de enterar de su fallecimiento… me apena, me apesadumbra… D.E.P., te echaremos de menos, eso seguro… buen viaje, allá donde vayas…

Si, voy ha ser crítico… voy a decir lo que pienso, no, no creo en que no se puede… ¿los que nos precedieron no tenían obligaciones? ¿no tenían deberes? ¿no tenían trabajo? ¿Cómo podían hacerse cargo de criar a los hijos, rendir en su trabajo, tan necesario para ayudar en casa? ¿Cómo podían hacerse cargo de los otros, de los mayores, de sus predecesores?

Mi pareja, bendita pareja, me suele decir: -¡¡¡…donde no hay sangre, no hay morcillas…!!! ¿Lo entienden? ¿Lo comprenden?, pues eso-.

Si antes el índice de natalidad por unidad familiar era mucho mayor, si el índice laboral de las féminas era mucho mayor, pues las circunstancias obligaban; si las obligaciones eran cuando menos las mismas; nos hemos preguntado alguna vez como coño han podido con todo, y ahora resulta, que con todos los medios disponibles, no podemos, ¿eh? ¿se lo han preguntado alguna vez?.

Pues eso, piénsenlo, por favor, piénsenlo, denle una vuelta… ¡échenle el lápiz!, que dice un gran amigo mío.

Si lo que más se oía últimamente era decir que gracias a los abuelos estaban saliendo muchos hogares hacia delante, como ahora, de repente, incluso hay quien plantea dejarles morir, hacer un cribado… ¡por favor! ¡seamos consecuentes!. Consecuentes con nosotros y con los nuestros, los de todos, los mayores… ¡por favor!.

Y las Iglesias, y me refiero a todas, a las de todas las religiones, en realidad ¿Qué hacen? ¿rezan? ¿eso es todo? Rezar por nosotros. Y me pregunto ¿eso es todo lo que se les ocurre? ¿no hay nada más urgente o necesario en estos momentos? Pues nada, que ustedes lo pasen bien, que ustedes recen bien por todos nosotros que de verdad a lo mejor o lo peor, lo necesitamos.

A lo mejor, o sería más correcto decir a lo peor, no necesitamos templos abiertos para acoger a los abandonados; a lo mejor no necesitamos actos altruistas y desinteresados por su lado; a lo mejor no necesitamos colaboración y dinero de sus arcas; a lo mejor… a lo mejor, lo único que necesitamos es que recen, así que… recen, por favor, no lo dejen, recen…

Y a esos, a esos que ellos solos se han erigido en lo que nos ha dado por llamar: Policía de Balcón, por favor, cerciórense antes de acusar; sean empáticos; sean consecuentes… como ya he dicho en otras ocasiones, y no solo yo, muchos hemos dicho… ¡por favor! No seamos, no nos volvamos paranoicos, no nos volvamos chivatos, delatores, acusadores, señaladores… no seamos insolidarios, comprendamos, o al menos intentémoslo, intentemos ser un poco más razonables, no cuesta tanto…

Ahora vamos a por la harina… o la levadura… lo mismo da, que da lo mismo… Ahora resulta que en todas las tiendas lo que falta es la “harina”… y yo me pregunto: ¿a todos nos ha dado por los bizcochos? ¿a todos nos ha dado por hacerlos?. Última hora: Ya la hemos pasado, a ésa fase me refiero, ahora, parece ser lo que más demandamos son los “tintes”, sí, no se lo pierdan los “tintes del pelo”… Estamos asistiendo impertérritos, asombrados, pero impertérritos, a la toma de decisiones cuando menos impensables…

Decía la canción: “…un, dos, tres… un pasito p´alante María;… un, dos, tres… un pasito p´atrás…” y eso, tal y como suena eso es lo que está ocurriendo… Esto es un sin vivir, un no parar… donde hoy dije digo, mañana digo diego… esto es… simplemente la ostia, así como suena, la ostia, ni más, ni menos… Esto no es serio, señores políticos, señores encargados de sacarnos adelante, señores… a quienes corresponda: esto no es serio; sus reformas, sus decisiones, y por tanto su toma de medidas no son serias; no están ayudando a que nos fiemos, no están ayudando a que pongamos nuestras vidas, y peor aún, las vidas de los nuestros en sus manos…

Pero veamos, viéndolo con perspectiva, intentémoslo, intentemos por un momento salirnos, verlo todo desde fuera, vamos, inténtenlo conmigo…

Decía Kubrick, no sé, me imagino que en algunas de sus películas, supongo, pero el caso, es que de ser así, de ser en algunas de sus películas, uno de sus personajes decía:

“…Dejaréis de ser héroes cuando la gente no tenga miedo. Dejareis de ser héroes cuando a los políticos les interese. Ahora sois carne de cañón, por eso os llaman héroes”. Sí, me he informado, por Google, como no; la cita corresponde a uno de los personajes de la peli “Senderos de Gloria” de Stanley Kubrick en 1957.

Estamos de acuerdo en que con la última medida tomada por el Gobierno no ha sido su mejor momento… De hecho, ellos mismos, se han retractado de sus palabras y escritos, esto es lo peliagudo, que todo queda escrito.

Todo aparece, todo se asoma…. Ahora, podemos, por desgracia ir viendo lo peor de nosotros… sí, lo peor… a través de esos mensajes que están dejando en comunidades de vecinos, en mensajes que están dejando en el coche… pero, no, no es nuevo, no hay novedad bajo el sol… solo estamos asistiendo a lo que yo, y como no, muchos, somos conscientes, hemos visto, hemos vivido, hemos respirado…  Somos malos, por naturaleza, y que me perdone Rousseau, “el hombre es malo por naturaleza”, sobre todo cuando se siente respaldado por otros malos…

Un saludo, cómo no, cariñoso y, por supuesto, VIRTUAL.

¡Ah! Y por favor, No lo olviden… INTERACTUEN… Ahora tienen tiempo… (perdón por la broma).

¡Hagan algo, coño! ¡Actúen! ¡Lean! ¡Escriban! ¡Dibujen!… lo que sea, algo, HAGAN ALGO…

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