ENCEFALOGRAMA PLANO

ENCEFALOGRAMA PLANO

Agustín Martínez -Periodista-

Que el cerebro alcance el estado de “electroencefalograma plano”, supone que haya entrado en muerte cerebral, esto es, que haya cesado por completo y de manera irreversible su actividad. Si existiera un equipamiento capaz de medir la actividad en el gobierno municipal, el resultado sería exactamente ése, de encefalograma plano, sin actividad real ni eficaz, y todo parece indicar que sin vuelta atrás, lo que abocaría al enfermo, a tres años y medio de coma profundo, en el que el deterioro para el futuro de la ciudad puede ser irrecuperable.

No es de extrañar que, ante una enfermedad tan grave, haya quien esté aprovechando el drama, para expoliar los órganos del paciente y así, sin pausa ni recato alguno, estamos asistiendo a la extracción de órganos del enfermo, sin que se produzca reacción alguna, por parte de quien tiene la obligación de velar por él.

Primero fueron nombramientos puramente decorativos al frente de Sierra Nevada y la Alhambra, sin más autonomía que la de dar las novedades diarias a las respectivas consejerías de Sevilla y ejecutar sin rechistar las órdenes que se reciben desde la orilla del Guadalquivir; después la admonición al Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, de que, o empieza a dar beneficios, o le espera un futuro muy oscuro; hace solo quince días el Parque de las Ciencias, un equipamiento puntero a nivel nacional e internacional, ha pasado a depender tanto a nivel económico, como administrativo y de personal, de las consejerías de Educación y de Economía y todas las decisiones se toman ya desde Sevilla y ahora nos enteramos que la Escuela Andaluza de Salud Pública de Andalucía, referente internacional en la formación y gestión de los servicios sociales y sanitarios, con sede en nuestra ciudad, también se va a diluir en una extraña fusión, que no parece tener más objetivo que el de dirigirla desde la vera de la Giralda.

Ante semejante saqueo por tierra, mar y aire de equipamientos señeros que permiten a nuestra ciudad, seguir manteniendo un cierto liderazgo andaluz en terrenos tan señalados para nuestra identidad, como el patrimonial, el sanitario, el medioambiental, o el de innovación, desde el actual gobierno municipal no hemos escuchado más que el silencio, cuando no los aplausos serviles a consejeros y consejeras que, en solo siete meses, están protagonizando el mayor expolio sufrido por Granada en el periodo autonómico.

Llama poderosamente la atención que quienes hoy tienen responsabilidades de Gobierno en el Ayuntamiento de Granada y en la Junta de Andalucía, son quienes hicieron del “Sevilla nos roba”, uno de los hilos conductores de su acción política. No había campaña electoral, en la que el PP no enarbolara la bandera del agravio. El mismo PP que ahora le ríe las gracias a la consejería de turno y en el colmo de la desvergüenza defiende, con la fe del converso, la OPA de que Granada está siendo víctima.

Como dice mi amigo Tomás de Villanueva, es la consecuencia de tener un alcalde sin base electoral. “Granada pierde poder, entró el año sin campanás, el follón del 2 de enero lo eliminó TG7, la cuerda de la campana de la Torre de la Vela se rompió (habrá más divorcios que bodas), el Parque de las Ciencias se lo queda Sevilla, la Alhambra genera 800 millones de euros sevillanos, más Sierra Nevada como la gran estación invernal del Aljarafe, a lo que añadiré la Escuela de Salud Pública de Graná…que ya también tiene a la Giralda de emblema granadino … ¿No os conmueve el gobierno visigodo de Granada? “.

Yo cambiaría el verbo “conmover”, por el verbo “indignar”, porque ante la pasividad de quienes, como primera obligación tienen la defensa de los intereses de su ciudad por encima de los de sus partidos, es deber de la ciudadanía, defender esos intereses con las herramientas que nos otorga la democracia, que no son otras que las movilizaciones y el voto, porque si ante semejante panorama, las granadinas y los granadinos, continuamos con nuestra proverbial indolencia, tendremos más que merecido convertirnos en los vasallos de Sevilla que llevamos camino de ser.

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