RELATOS DE LA HISTORIA DE MOTRIL

UNA FÁBRICA DE SALITRE EN EL MOTRIL DE MEDIADOS DEL SIGLO XVIII

MANOLO DOMÍNGUEZ -Historiador-

Hubo un tiempo entre el siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX en el que la mayor parte del espacio por el que hoy se extiende el actual Paseo de las Explanadas estuvo ocupado por una gran fábrica de salitre para la fabricación de pólvora.

Si nos remontamos en el tiempo, ya desde el siglo XVI a toda esa zona desde la plaza del Tranvía hasta el final de las Explanadas se le conocía como Haza del Salitre, seguramente porque sus tierras eras muy salitrosas y en ellas difícilmente se podía cultivar nada, a pesar de que la acequia pasaba muy cercana. Parte de ese espacio, unos cuatro marjales, pertenecía en 1576 a Blas de Segura y su mujer Beatriz Vázquez, vecinos de Salobreña que seguramente lo habían comprado a la Corona tras la expulsión de los moriscos motrileños. Estos venden su finca en 1590 a Antonio Velázquez que termina vendiéndola definitivamente a Alonso de Contreras en 1598 por 100 ducados. Ya en el Salitre, el citado Alonso de Contreras había comprado un antiguo ingenio de azúcar conocido como el Viejo y frente a él había una importante alfarería donde se fabricaban cántaros para las fábricas azucareras que era propiedad de Francisco Palomino. En otra zona de este terreno Pierre Macera ya producía salitre desde 1575. Para pasar la acequia hacia el camino del mar había un antiguo puente llamado del Salitre que, junto al puente del camino de Salobreña, eran los más importantes de Motril.

A lo largo del siglo XVII y la primera mitad del XVIII la alfarería siguió funcionando, conociéndose ahora como el horno de la Virgen, seguramente por su cercanía al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza e, incluso, parte del terreno había sido dedicado a construir una tenería por la vecina de Granada Mayor de Quesada que también era propietaria en 1752 de la Casa de Comedias de nuestra ciudad. Para el horno y la tenería se tomaba el agua de la acequia principal mediante pequeño canal secundario que salía desde la acequia en la puerta del hoy patio del colegio del Dominicas y que después se prolongaría hasta el cerro de la Glorieta por Javier de Burgos, cuando construyó en 1828 su ingenio azucarero, en la actualidad la Alcoholera.

Plano de Motril en 1852, donde se puede ver que ya está construido el inicial Paseo de las Explanadas, en el sitio donde estuvo la fábrica de salitre…

En 1756 el propietario del horno de la Virgen, seguramente Francisco del Campo, aprovechando los edificios existentes decide construir una fábrica de salitre que está ya en pleno funcionamiento en 1761, produciendo una media de 500 arrobas de salitre anuales. Su propietario decide arrendar la fábrica a la Real Hacienda por 600 reales anuales y en 1779, probablemente por deudas de su dueño, pasó a ser propiedad de la Fábrica Mayor de la Iglesia de la Encarnación, aunque el edificio no se encontraba ya en buen estado, teniéndose que gastar la Iglesia 1.500 reales para arreglar los tejados de varios cuartos y de la sala de calderas. En 1780 deciden arrendarla a Antonio del Campo Iluminatí y a su sobrino Antonio del Campo y González. El negocio no les fue bien a estos arrendadores y para 1783 es administrada en nombre de la Iglesia Mayor por Juan Joseph de Zea, el cual informa que el estado de la fábrica es deplorable, a pesar de las obras que se habían hecho por valor de 4.000 reales, y que habría que arreglar el almacén grande del salitre, la cocina donde estaban las calderas, la fogata, la sala de cuajaciones y la alberca, además de que las lluvias habían arruinado una gran parte de la cerca que rodeaba los edificios. Con más o menos dificultades la fábrica siguió en funcionamiento. Para 1815 la Real Hacienda insta a la Iglesia Mayor para que reparen la fábrica. La respuesta fue que ponerla en el mejor estado de funcionamiento costaría unos 100.000 reales y que la Iglesia no tenía el dinero para hacerlo y estaban dispuestos a llegar a un acuerdo con Hacienda para vendérsela y que, incluso, la posesión de la fábrica les estaba produciendo problemas porque los vecinos pobres de Motril barrían las calles y las paredes de las casas, hacían zanjas en calles y plazas públicas e incluso excavaban los cimientos de los edificios para obtener salitre que luego vendían a la fábrica, con las consiguientes protestas de propietarios y Ayuntamiento.

Sin duda la fábrica fue finalmente desamortizada en la época de Mendizábal y derribada posteriormente. El solar fue adquirió en 1845 por el Ayuntamiento que decidió construir en 1846 un pequeño paseo para continuar el existente desde 1804 en el Borde de la Acequia que no se encontraba muy bien conservado.

Este fue el fin definitivo de la fábrica de salitre de Motril y el nacimiento del Paseo de las Explanas. Pronto nadie recordaría la gran industria salitrera que allí hubo. Se perdió en la memoria de la ciudad. Ya nadie recuerda, en otras épocas, el famoso puente del Salitre que durante siglos dio paso hacia el camino del Mar.

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