Manifiesto de la Plataforma 25 de noviembre y el Movimiento Feminista de Granada sale a las calles para gritar ¡¡BASTA DE VIOLENCIA MACHISTA!! Juntas contra la violencia machista INSTITUCIONAL
La violencia institucional es una forma de agresión sumamente perversa, pues convierte a las Administraciones en agresoras y cómplices de los victimarios, condena a las víctimas a la impotencia y la indefensión, produce su destrucción psicológica, el descrédito del sistema social y judicial contribuyendo a perpetuar la violencia. Una violencia que se ejerce doblemente sobre las mujeres que viven en situación de exclusión social, las familias monomarentales, migrantes, racializadas, del colectivo LGTBI, las que ejercen la prostitución, las que están en prisión o aquellas con diversidad funcional.
Una violencia que, contrariamente al buen hacer de muchos y muchas profesionales formado y sensibilizado en Administraciones y organismos de apoyo, consiste en prácticas institucionales, conductas y comportamientos negligentes por parte de personal de instituciones públicas o externalizadas, basados en prejuicios que la Recomendación General 35 del CEDAW, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres, ordena investigar y sancionar a los Estados firmantes como es España.
VIOLENCIA INSTITUCIONAL es que el sistema judicial no proteja a las mujeres y sus hijos e hijas frente a los hombres que maltratan.
Hoy gritamos por nuestra vecina Juana Rivas, madre que lucha por proteger a sus hijos. Ella encarna la resistencia de las mujeres que plantan cara a un sistema judicial patriarcal poco sensible con la situación de sus hijos. Sobre Juana pesa una condena de cinco años de prisión y seis de inhabilitación para ejercer la patria potestad de sus hijos por intentar protegerlos de una situación de violencia habitual que, tanto los juzgados españoles como los italianos, se niegan a escuchar, desoyendo informes médicos y técnicos que avisan del peligro en el que viven los niños.
Ocurre que muchas madres como Juana, son sistemáticamente descreídas, igual que sus criaturas, siendo silenciadas o perseguidas como si fuesen criminales, lo que consiguen usando el perverso FALSO Síndrome de Alienación Parental (SAP), cuya existencia no es reconocida por la Comunidad Científica. Cuando un menor rechaza a su padre, inmediatamente las madres son culpadas y acusadas de manipuladoras, sin atender a otros motivos que justifican ese rechazo. Es el caso de María, madre uruguaya que se vio obligada a entregar en Barcelona a su hija a un padre del que está desvinculada y sobre el cual recaen indicios de abuso sexual.
VIOLENCIA INSTITUCIONAL es que no nos crean.
Hay muchos otros casos de violencia institucional en casos de feminicidio y de infanticidio, en los que las llamadas de auxilio de las mujeres no fueron creídas ni atendidas. Es el caso de Nerea y Martina, asesinadas por su padre pese a las denuncias previas de su madre, Itziar. No podemos olvidar las tristemente famosas sentencias de las manadas de Pamplona y Manresa, hasta la desatención de las freseras de Huelva o la reciente absolución a un violador porque la víctima lloró poco durante la exploración y no denunció de inmediato, sino al día siguiente, tras ser atacada en los aseos de una discoteca.
En España, según el Ministerio del Interior, se denuncia una violación cada 5 horas. En 2019, se han contabilizado 63 violaciones grupales, 155 desde 2016. registradas por Feminicidios.net: y a nivel europeo, se estima que uno de cada 5 cinco niñas y niños sufre abuso sexual infantil. Este tipo de violencia la mayor parte de las veces permanece oculta y causa un daño profundo que puede dejar serias secuelas psíquicas y físicas.
VIOLENCIA INSTITUCIONAL es que este sistema capitalista y patriarcal nos condene a la precariedad, la desigualdad y la pobreza.
Son muchas las mujeres que han de soportar situaciones de violencia debido a estar en situación de exclusión social. La brecha salarial, las cifras de paro y de pobreza, la presencia mayoritaria de las mujeres en trabajos parciales y precarios, nos dan cuenta de una realidad injusta que las instituciones han de atender si realmente pretenden acabar con la violencia.
En este contexto, denunciamos que el Ayuntamiento de Granada, ha reducido a la mitad los efectivos de la plantilla de Policía Local destinados a atender urgencias, entre ellas la de violencia machista y el personal municipal encargado de atenderlas mujeres víctimas de violencia machista. Todo ello en una ciudad donde 136 mujeres están amenazadas por violencia de género y tienen seguimiento en la actualidad.
Hoy clamamos por los 81 feminicidios y otros asesinatos de mujeres perpetrados en este país en 2019. Este es el cómputo que hace la sociedad civil, Feminicidio.net, ya que los datos oficiales sólo recogen las mujeres asesinada en el marco de la relación de pareja o expareja, 51 a estas alturas del año, más tres casos en investigación. Por todas ellas y por los tres niños y un varón asesinados por violencia machista; por las hijas e hijos huérfanos de víctimas de feminicidio.
Por tantas niñas y niños que sufren malos tratos o abusos sexuales, por las mujeres que sufren violencia vicaria, violencia sexual, violencia institucional, violencia obstétrica, violencia social y cualquier forma de victimización secundaria por ser mujeres, por las que sufren violencia económica y laboral y cualquier discriminación por razón de género.
Nos acordamos hoy también de nuestras vecinas Jaia y Cata, que sufrieron la violencia institucional en forma de torturas y vejaciones por parte de la policía en un claro caso de transfobia en nuestra ciudad, y de todas las personas con identidades no normativas que sufren en sus cuerpos la represión y la violencia de un sistema machista como este que protege a los culpables.
Ante los feroces ataques del patriarcado y la violencia institucional que sufrimos, animamos a la autoorganización de todas las mujeres e identidades no normativas. A que generen redes de apoyo, y solidaridad en cada centro de trabajo o de estudio, en colectivos feministas, en asociaciones vecinales, etc. Porque no estamos solas y porque sabemos de sobra que juntas somos mucho más fuertes.
Por todo ello, EXIGIMOS:
Aplicación del Convenio de Estambul. Considerar las situaciones de violencia y el derecho de las víctimas a una vida libre de violencia al decidir cualquier medida relacionada con víctimas de violencia machista, incluidas sus hijas e hijos.
Educación Afectivo Sexual, en derechos humanos y nuevas masculinidades en todas las etapas del sistema educativo para fomentar relaciones basadas en la igualdad y el respeto.
Formación en Igualdad y sobre violencias machistas, obligatoria y con perspectiva de género para el acceso y el mantenimiento en sus puestos de todos los operadores que tienen contacto con víctimas desde los sistemas sanitario, social y judicial, sea en instituciones públicas u organismos externalizados.
Contemplar de forma expresa el FALSO Síndrome de Alienación Parental y todos sus derivados como construcciones prejuiciosas, perversas e ilegales.
Modificar el Código Penal para adaptarlo, de una vez, a la realidad de que todo acto sexual sin consentimiento es en sí mismo violento (suprimir el contrasentido del abuso sexual), graduando la gravedad de la pena en función de las circunstancias y la fuerza empleada. Solo SI es SI.
Modificar el Código Penal para que los delitos contra la libertad y la indemnidad sexuales sean perseguidos de oficio, dejando de exigir la denuncia de la víctima o de su representante legal. Quienes deben avergonzarse por estos delitos no son las víctimas sino los victimarios.
Protección de las políticas que han dotado de derechos y libertades a las mujeres y aumento de los recursos para combatir la violencia contra ellas en todos los ámbitos.
Absolución total de Juana Rivas y protección para sus hijos.
Cambio radical en las instituciones para que protejan a las víctimas y no a los agresores. Por Juana, María y tantas otras madres que están peleando por su integridad y la de sus hijas e hijos, salimos a la calle llenas de rabia y sin un ápice de miedo.
No vamos a permitir que intentéis someternos con sentencias injustas, no podéis callar las voces de la calle.
¡BASTA DE VIOLENCIA MACHISTA INSTITUCIONAL! ¡PROTECCIÓN PARA JUANA Y SUS HIJOS!