‘EL DESENCUENTRO’
Iñaki Rodríguez, -Escritor-
Hace unos días y tras dar un paseo con mi hija pequeña por el ¨Parque de las Américas¨, sito en el centro de Motril, provincia de Granada, critiqué en varios foros de Facebook , las dos esculturas que hay en dicho parque y que se llaman ¨el encuentro¨. Son esculturas de unos gigantes desnudos que, por sus dimensiones, imponen muchísimo a niños y adultos. Los órganos sexuales de ambos son también de un tamaño considerable, muy lejos, estéticamente hablando, de los desnudos clásicos a los que los viajeros estamos un poco más habituados. Créanme si les digo que en este caso el tamaño importa. No es preciso dar más detalles, ya saben a qué me refiero. Supuestamente representan el encuentro entre el viejo mundo y el nuevo. Si eso es así, al menos uno debería ir vestido, pues nosotros enseñamos al indio a taparse. ¿Por qué se permite esto en un parque donde van familias con niños?, pregunté. Fue entonces, al igual que a Zemmour, cuando ¨los progresistas se aliaron con los libertarios y con los movimientos feministas, que a su vez se unieron a los movimientos homosexuales y las minorías sexuales se aliaron con las minorías étnicas¨ para entablar un acoso y derribo en las redes contra mí y mi familia. Alegaban el tiempo transcurrido desde que están ahí, treinta años. Pregunté entonces por esos nombres de calles que llevan puestos muchísimo tiempo y que se cambian por motivos mucho menos importantes. Pero el acoso continuó durante días: ¨Pues vete por otro sitio con la niña¨, ¨pues explícaselo a tu hija¨, ¨pues no las miréis¨, ¨pues vete a otros países y veras¨, ¨es lo último que me faltaba por oír¨ , ¨vete a vivir a otro lado¨, etc. etc. ¿Esta gente no se da cuenta que, al pasar junto a esos gigantes, me están coaccionando a hablar de sexualidad con mi hija pequeña en un parque público? En el lugar y momento equivocado, en un espacio y tiempo en el que no han dado la oportunidad de elegir a un padre. No quieren entender que nos han restringido, igualmente, nuestra libertad de movimiento a favor de la suya propia, en un parque que es de todos. Ahora nos vemos obligados a pasear por otros sitios en pro del ¨progreso¨. Qué pena vivir en una sociedad donde se nos obliga a ser tolerantes con dos gigantes enseñándonos sus órganos sexuales y no se obliga a respetar a un padre, a un niño o una niña pequeña que sólo quieren pasear libres por el parque. Desgraciadamente, España ha adoptado sin tapujos las indicaciones de la revolución del 68. Como bien dice el periodista galo Eric Zemmour, ¨ahora está prohibido prohibir¨. El objetivo: destruir a la familia católica tradicional y anular al hombre heterosexual blanco. Estamos sin duda ante ¨la destrucción intencionada, pensada e impuesta de los individuos, las familias, los pueblos y las naciones¨. Lo siento pero yo no me resigno a conformarme.