Perplejo me he quedado. Antes aparecían los ministros por aquí para inaugurar algo ya acabado. Ahora no. La ministra de Fomento, Ana Pastor, licenciada en Medicina y Cirugía; pero con poco ejercicio, porque ha estado siempre amarrada al “duro banco” de la Administración Pública y la política, ha venido para informarnos con antelación de que en seis meses tendremos un trozo más de autovía. Una autovía que lleva, por lo menos, tres lustros de retraso y eso aceptando los retrasos anteriores a esos quince años.
Recuerdo cómo me entusiasmé hace unos veinte años cuando Andrés Ollero, entonces diputado nacional por Granada -ahora es magistrado del Tribunal Constitucional-, en una de sus numerosas visitas a Motril, intervino en un acto del Partido Popular y ante los cientos de motrileños asistentes terminó su arenga tirando hacia atrás los papeles que contenían datos, plazos y sus intervenciones en el Congreso nacional reivindicando y reprochando a los socialistas el retraso las autovías hasta Motril, jactándose de que “ahora con el gobierno de José María Aznar” la autovía -ahora llamada ¨Sierra Nevada-Costa Tropical¨-, “era una cosa hecha” y la terminación del tramo de la Costa granadina de la A7 sería cuestión de muy poco tiempo.
Pasaron dos gobiernos de Aznar y los de Zapatero, y en los tres años de gobierno de Rajoy, ¡menos mal!, conseguimos cerrar parte del trayecto Granada hasta Motril, pero aún no está terminado ni el enlace con Málaga y, mucho menos, con Almería.
O sea que si sumamos los años perdidos, en los que reparto responsabilidad por los retrasos entre los diputados granadinos del PSOE y PP, nos dan más de cuatro lustros de retraso; durante los que la Costa Granadina no se ha podido desarrollar por falta de las comunicaciones. Aproximadamente, el mismo retraso que llevamos a nivel nacional.
Como sigo sin saber a qué ha venido en estas fechas la ministra, ya que el tramo Gorgoracha-Puntalón estará en las fechas dadas por ella misma, se me ocurre que ha venido a jodernos, al afirmar con contundencia y sin rubor que la línea marítima Motril-Melilla no va a tener el mismo trato de ayudas que las existentes entre Almería y Málaga con Melilla. ¿Razones?, las que ella con desparpajo ha comunicado.
Aún aceptando que la ministra pueda tenerlas, si hubiera voluntad política de no jodernos se podrían buscar otras soluciones para no dejarnos en la cuneta. Pero está claro que no quiere buscarlas.
De las razones a favor están dando cuenta las instituciones motrileñas (en otro artículo podemos enumerarlas). Por otro lado, la autocrítica que ha hecho nuestra alcaldesa está muy bien, pero no es suficiente, la Corporación motrileña tiene instrumentos para hacer buena presión ante el agravio que estamos sufriendo con respecto a las líneas marítimas limítrofes.
Ahora, ante tan contundente decisión de la señora ministra, sólo cabe hacer la pregunta del millón:¿Qué va a hacer la naviera ARMAS?
No quiero ni pensarlo.