FOTOS: LA CHICOTÁ DE MOTRIL
Domingo López Fernández
Tras dos jornadas consecutivas de fiesta e intensas jornadas cofrades nos encontramos ya en Motril a punto de clausurar la semana santa del año 2014. Más todavía falta un día grande para ello, el sábado santo, que se significa por el luto y el pesar de la Virgen en su Soledad tras llevar el cuerpo de su Hijo muerto al sepulcro. Es un día de tránsito hacia la resurrección del Señor pero se rememora éste con solemnidad dado que todavía una cofradía penitencial realiza estación de penitencia por las calles de la ciudad. Se trata de la de Nuestra Señora de la Soledad y Santísimo Cristo Yacente, confraternidad que tiene su residencia canónica en la iglesia de la Divina Pastora de Capuchinos y que remonta su fundación al año de 1948. Por lo demás el tiempo primaveral que hemos gozado durante toda la mañana atisba un cambio sustancial en las últimas horas reflejándose sus efectos más perniciosos en el viento que padece la costa granadina. Aun así se constata una masiva afluencia de visitantes, factor que ha provocado una intensa circulación y retenciones en todos los accesos a la ciudad.
Como se acostumbra, las calles aledañas al este de Motril han mostrado a primera hora de la tarde un intenso movimiento de personas que transitan revestidas con el hábito penitencial de color negro y el capillo amarillo, tonos que son propios de la cofradía que radica en el popular barrio de Capuchinos. A la hora prevista, las 20:00 hrs., y tras el toque en la puerta de la casa hermandad, se ha dispuesto con orden el tradicional cortejo del sábado a lo largo de toda la calle Santa Ana. Figuran a su cabeza la cruz guía y dos faroles de frente de procesión que le dan escolta, a los que siguen el joven cuerpo de “paveros” con pequeñas cruces penitenciales portadas al hombro. Junto a ellos, un grupo de niños hebreos llaman la atención y enseñorean al público los atributos más significativos de la pasión del Señor. Las filas de hermanos se disponen a continuación con sus tradicionales farolillos metálicos figurando en señalados tramos los emblemas propios de la hermandad tales como el estandarte del Cristo Yacente escoltado por mazas y la popular “Chia” tocada de bocina, personaje de excepción que anuncia la inmediatez del cuerpo de Cristo muerto. La presidencia oficial de personalidades invitadas antecede al paso de Cristo, quedando compuesta ésta por el cuerpo de Protección Civil, la Guardia Civil, la corporación municipal, miembros de la Agrupación de Cofradías de la ciudad y la representación oficial de la Hermandad de Pasión con la que la confraternidad de Capuchinos se encuentra hermanada. Precedido de incensario se dispone el paso de misterio que muestra la imagen del Yacente sobre un túmulo cubierto por una sábana de tul y rodeado de las imágenes que en los últimos años le acompañan, la Virgen Dolorosa, María Magdalena y San Juan Evangelista. La efigie de Cristo, de impresionante rictus y expresión, es de autor desconocido y fue adquirida por la cofradía al artista Enrique del Moral en el año 1952. Es importante destacar que el paso que porta al conjunto escultórico es de los de mayores dimensiones de la ciudad y ha sido realizado en los talleres de Antonio Díaz Fernández, autor igualmente de las imágenes secundarias y marcha calzado por setenta portadores en modalidad de “trabajadera” granadina. Como novedad hay que señalar que este año se ha modificado el ornato floral del mismo por parte de su artífice, “Floristería Ani”, que ha desterrado para la ocasión el tradicional tapiz de claveles rojos por un conjunto multicolor en la base de la canastilla y cuatro florones de lilas dispuestos junto a las imágenes. Cierra finalmente la sección la Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Expiración de Huéscar, que con esplendidez y buenos sones ha sabido interpretar conocidas marchas de pasión en ésta, su séptima actuación corporativa.
Por lo que respecta al tramo de la Virgen de la Soledad, aparece éste con tres faroles de frente de procesión seguido de jóvenes hermanos penitenciales y las filas nazarenas que enlazan con la sección del siempre ordenado cuerpo de madrinas de la Virgen. Ultimado éste se apresta una presidencia que componen la camarera mayor, su antecesora en el cargo y ex-hermana mayor de la cofradía y el párroco de Capuchinos, D. Diego Molina, aunque éste, como viene siendo habitual, abandona el cortejo al aproximarse a su templo. Nuestra Señora de la Soledad muestra en su expresión el semblante triste y abatido de una Madre tras contemplar el cuerpo de su Hijo muerto y descendido de la cruz y como viene siendo habitual ha sido aderezada en su ornato por el vestidor motrileño Antonio Hernández. La imagen es de autor desconocido y data del siglo XVIII, habiendo recibido culto en el templo que le acoge tras la restauración acometida en los años de posguerra. El porte malagueño es el que caracteriza la marcha de este emotivo paso mariano que sigue a los sones de la Banda de Música de Nigüelas y que tradicionalmente sostiene su propio cuerpo de portadores.
El itinerario fijado por la junta de gobierno de la cofradía para este año no ha sufrido variación alguna con respecto al de ediciones precedentes de forma que partiendo desde su casa hermandad ha continuado por la calle Santa Ana, Manuel de Falla, Pío XII, Rambla de Capuchinos, Fundición, Nueva, Teatro, Marqués de Vistabella, Plaza Javier de Burgos, Catalanes, Gaspar Esteva (Carrera Oficial), Bustamante, Matadero Viejo, Nueva, Cuevas, Santa Ana y desde aquí proceder a su encierro que se ha concretado minutos antes de la hora fijada para ello. Significar igualmente que el fuerte viento que ha reinado en la noche ha deslucido el paso de la titular mariana ya que éste ha permanecido apagado en todo su recorrido.