La crisis económica en Motril. IDEAS PARA EL FUTURO

JULIO RODRÍGUEZ LÓPEZ

   La comarca de la Costa de Granada y su principal núcleo de población, Motril, están sufriendo de lleno las consecuencias de la crisis, a pesar de disponer de unos recursos productivos importantes. En los 70 kilómetros de costa de la provincia de Granada, Motril es la ciudad de mayor dimensión. Con 110 kilómetros cuadrados de superficie municipal, 15 kilómetros de costa y 60.460 habitantes, según el censo de 2011 (61.200 en el Padrón Municipal de 2012), esta ciudad ocupa una posición céntrica en la comarca costera.  Motril  tenía en ese año una edad media (37,7 años) más reducida que España (41,5) y que el conjunto de la provincia de Granada (40,3).

Un rasgo destacado del mercado de trabajo en Motril es que de los 17.411 afiliados a la Seguridad Social en alta a 31 de marzo de 2013, el 23,1% correspondía al régimen especial agrario (5% en España) y el 21,4% eran autónomos (18,5% en España). De ahí que la proporción de asalariados del Régimen General de la Seguridad Social esté en Motril por debajo de la media nacional.

  El impacto de la crisis se advierte, en primer lugar, en la evolución de la población de Motril, que pasó de aumentar en una media anual de 1.098 entre 2001 y 2007 (2,4%) a hacerlo solo  en un promedio de 534 entre 2007 y 2012 (0,9%). En segundo lugar, si el nivel de empleo se mide por el número de afiliados, entre diciembre de 2007 y el mismo mes de 2012, Motril habría perdido en los cinco primeros años de la crisis 4.023 puestos de trabajo, casi el 19% del empleo existente. En tercer lugar, las ventas de viviendas se han reducido en el mismo periodo en un 70%, según las transmisiones inmobiliarias intervenidas por los notarios. Como consecuencia de lo anterior, el paro  registrado ha crecido hasta unos niveles elevados, situándose a 31 de marzo de 2013 en 7.816 en la Oficina de  Empleo de Motril.

  Antes de la última crisis la Costa de Granada  se vio afectada de forma negativa por la ausencia de alternativas al cultivo tradicional, la caña de azúcar. También le ha afectado la fuerte competencia de los productos agrícolas del norte de África y  el desvío de recursos (suelo y empleo) hacia viviendas de temporada en la etapa de la “burbuja”. Esto dio lugar a que en la etapa de la “burbuja” desapareciesen actividades sostenibles desde el punto de vista económico, que ahora podrían dar ocupación  a algunos de los actuales parados. 

Ideas sueltas frente a la crisis

   La Costa granadina es una comarca dotada relativamente de notables recursos naturales. La población joven tiene más peso que en el  resto de la provincia de Granada. Además, el agua no escasea,  por las condiciones naturales de proximidad a la vertiente sur de Sierra Nevada. Las infraestructuras no ayudan,  sin embargo, pero no llegan al punto de  impedir un mayor desarrollo de la zona. En la Costa  se  atribuyen excesivas culpas a las carencias existentes, tanto en materia de carreteras como en el aprovechamiento del agua de la vecina presa de Rules. Esta última, de momento no pasa de ser un monumento paisajístico.

  En los últimos años destaca el serio esfuerzo del sector agrícola por sobrevivir, ante la intensa competencia del norte de África en la mayoría de las producciones. Se  arrastra un problema crónico de comercialización poco eficiente de los productos del campo. Resulta excesiva la proporción de suelo de la vega ahora calificado para fines de construcción de unas viviendas que hoy por hoy carecen de demanda. Cuando no exista una licencia  municipal de obras algunos terrenos podrían recalificarse a fines alternativos a la construcción residencial. Esta última no va a ser el motor básico de la recuperación del crecimiento de la Costa, aunque podría reforzarlo en el futuro.

Deben de construirse las conducciones que permitan el aprovechamiento de la presa de Rules, que tiene una dimensión considerable. Cuando terminó la construcción de la misma resultó que  no interesaba demasiado el objetivo de promoción agrícola que justificó su construcción en su día, objetivo que ahora tiene un perfil más positivo.

El Puerto mercantil de Motril, ampliado ahora de forma notable, debería ser objeto de un mayor aprovechamiento. Habría que impulsar y estimular la instalación de empresas en su entorno. La introducción de los “ferrys” en los últimos años es positiva pero insuficiente. El que podría ser un parque empresarial próximo  al puerto no ha pasado de la fase de proyecto, que debería de reactivarse entre el ayuntamiento y la empresa EPSA de la Junta de Andalucía. El débil tejido industrial existente se debe de proteger, por la incidencia positiva que los puestos de trabajo industriales tienen sobre el resto de actividades y el empleo, además del mayor valor añadido que generan tales empleos.

Para aprovechar el turismo se debe de mantener la calidad ambiental  de las playas, sin colmatar  las salidas al mar. Se ocupa tanto la primera línea de playa que a veces hay que dar algunas vueltas para llegar al mar.  Al turismo se le debe de considerar como una actividad productiva más. Nunca deberían de sacrificarse actividades sostenibles con el pretexto de desarrollos turísticos que solo existen sobre el papel.

En cuanto al comercio, las ventajas de Motril son claras por su centralidad en la comarca. Se debe de huir de la sobreoferta en materia de grandes superficies. En lo relativo a la construcción residencial, el ritmo de edificación de nuevas viviendas se debe de adaptar al de las ventas: la oferta no crea la demanda. Habría que rehabilitar barrios enteros de Motril, como el de las Explanadas, lo que requiere la colaboración de todas las administraciones públicas, empezando por el ayuntamiento de Motril.

En materia de infraestructuras, junto a la cuestión de las canalizaciones de Rules, resulta más que  conveniente terminar las eternas obras de la autovía. La Costa de Granada no debió de quedarse descolgada del Corredor Mediterráneo, del que algo se podrá aprovechar.  Motril necesita una estación de autobuses más digna y útil que la actual, que resulta una referencia negativa de esta ciudad.

La influencia del gobierno local sobre la situación económica de Motril se ejerce mucho más a través de las decisiones respecto del destino del suelo que desde las modestas actuaciones de promoción económica de dicha corporación. Tendría que notarse algo más que hasta el momento que  el ayuntamiento de una ciudad que ha perdido 4.000 puestos de trabajo en la crisis tiene  interés real en la creación de empleos.

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