En la tarde del sábado y con un pequeño retraso sobre la hora anunciada, la catedral de Granada abrió sus puertas de par en par para dar principio a la gran peregrinación mariana que conmemora el I centenario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora, la Virgen de las Angustias. Granada amanecía con un tiempo amenazante y con una ligera lluvia que no impidió que los distintos pasos que habían de integrar el cortejo comenzaran su marcha hacia el templo metropolitano donde habían de quedar expuestos al público por espacio de cuatro horas. La expectación generada fue tal que al momento de la apertura de la exposición se llegaron a formar interminables colas de personas a lo largo de la calle Alhóndiga y Mesones, lo que hizo imposible acoger a todos los interesados puesto que se daba por clausurada a las 14,30 hrs de la tarde. Por tanto, éxito sin paliativos para esta singular convocatoria religiosa que ha extendido su poderoso influjo al plano turístico y cultural al situar a Granada en centro de espiritualidad y sede de la más relevante exposición pública de arte mariano habida hasta hoy.
La “Magna Mariana” tenía prevista su partida a las 17:00 hrs de la tarde, pero un intempestivo aguacero caído momentos antes sobre la ciudad suscitó su retraso e hizo cundir el desanimo en el público congregado en la popular plaza de las Pasiegas. Pasados unos minutos hacía su aparición el séquito de Nuestra Señora de la Consolación y con él y en el intervalo de cinco minutos se fueron sucediendo el resto de titulares marianas para disponer un sacro cortejo de dimensiones inconmensurables. En él Nuestra Señora de la Cabeza Coronada tenía asignado el puesto número 29 y era la segunda en orden de patronas de la provincia tras Nuestra Señora de la Caridad (Loja), a la que habrían de seguir Nuestra Señora del Martirio (Ugíjar), Nuestra Señora de la Antigua (Almuñécar), Nuestra Señora de las Angustias (Alhama) y, cerrando la marcha, Nuestra Señora del Rosario (Granada). Exactamente a las 20:30 hrs. de la tarde la Patrona de Motril hacía su aparición bajo el dintel de la puerta de la catedral suscitando un momento de inigualable emoción entre los numerosos paisanos congregados a lo largo de la Plaza de las Pasiegas y calle Marques de Gerona. La comitiva aparecía abierta por el estandarte de la hermandad y dos filas de devotos portando cirios, a los que seguían la popular “bacalá” y la presidencia oficial compuesta por el hermano mayor de la hermandad, D. Carlos Balderas, los hermanos mayores honorarios D. Antonio Posadas y D. Francisco Lorenzo, la alcaldesa de la ciudad, Dª Luisa María García Chamorro y varios hermanos, entre ellos el concejal del Área de Mantenimiento del consistorio, D. Francisco Alcaraz y el docente y miembro de la junta de gobierno D. Juan Omiste. Junto a ellos la presidencia religiosa la ostentaban el párroco del Santuario, D. Juan Bautista Amat, los sacerdotes motrileños D. Javier Sabio y D. Pablo Castilla y el diácono de la ermita, D. Moisés Fernández. Finalmente, el cuerpo de acólitos, incensario y trono de la Virgen portado por el cuerpo de horquilleros en sus correspondientes tandas, que era dirigido en esta ocasión por el capataz Serafín Correa. Pasados los primeros minutos quedaba roto el estricto protocolo impuesto por la Real Federación de Hermandades y Cofradías al incorporarse de forma espontánea infinidad de motrileños justamente detrás de la Virgen, constituyendo ésta una fina estampa que trajo hasta nuestra mente la instantánea plasmada en la anterior visita de la Patrona a la capital.
El trono procesional llegaba a la puerta de la basílica de las Angustias exactamente a las 22,30 horas de la noche, momento de inigualable emoción con la titular de la Archidiócesis postrada bajo su pórtico. Verificada la ofrenda de fe la comitiva inició el trayecto de regreso hacia la catedral, momento en el que se incorporaron al sequito un mayor número de motrileños de todas las edades y, particularmente jóvenes. La llegada al templo metropolitano tuvo lugar a las 00,30 hrs del domingo, instante en el la comitiva procedió al rezo de una salve, a la vez que el Excmo. e Ilmo. Sr. Arzobispo de Granada hizo entrega a la hermandad de un cuadro conmemorativo del jubileo alcanzado. Sin prácticamente descanso miembros de la junta de gobierno realizaban el desmontaje del trono e iniciaban el regreso a Motril, que se verificó entorno a las 03:00 hrs de la madrugada. Tras su llegada la Virgen de la Cabeza volvía a ser entronizada en su camarín a la espera de que horas más tarde presidiera la solemne misa del día.
Una jornada para el recuerdo, pues, la del día 18 de mayo, con un Motril que se hizo notar con fuerza con espontáneos vivas y vítores que fueron contestados al unísono por los miembros de su cuerpo de horquilleros en todo el recorrido y, particularmente a la salida de la catedral. Como nota a destacar resalta el hecho que la hermandad de la Virgen hizo repartir entre el público 20.000 estampas editadas con motivo de esta peregrinación mariana que ha traído por segunda vez en su historia a la Virgen hasta la capital. Como ocurriera en su partida del viernes, esta misma mañana doce salvas de cohetes han anunciado a la ciudad que la Patrona ya se encuentra otra vez en su santuario, casa en la que según la leyenda decidió morar hace ya más de cinco centurias.