Ante la renuncia del Papa, el arzobispo de Granada ha emitido el siguiente comunicado:
Comunicado de prensa del Arzobispo de Granada
La primera actitud de los cristianos ante la noticia de la renuncia del Santo Padre es una acción de gracias inmensa por su vida, gastada, con una generosidad heroica, al servicio del Señor y de su Iglesia.
La misma declaración en la que comunica la renuncia es un gesto supremo de libertad, de humildad y de donación.
Por lo que respecta al tiempo que ahora se abre, es para los fieles un tiempo de oración intensa y de confianza plena en el Señor de la Iglesia, en Jesucristo vivo y resucitado, y en el Espíritu Santo, que es su alma y quien la rige.
Es el momento de recordar la promesa del Señor: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Y por eso el futuro de la Iglesia está en sus manos (que son las mejores manos), y no depende de los cálculos y estrategias de los hombres, y ni siquiera de nuestras cualidades medidas con medidas humanas. Las voces del mundo alzarán ahora su guirigay habitual de cábalas y especulaciones, en claves políticas, que son las que entienden. Pero para los cristianos es momento de centrarnos en la oración, y de cuidar, suplicando la ayuda de Dios, la comunión, la esperanza y la fe.
+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
11 de febrero de 2013
ESTE ES EL DISCURSO DEL PAPA, QUE LO HA HECHO EN LATÍN:
«Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria».