Fue una noche histórica para Motril por el acto que congregó a una muestra numerosa de motrileños, del ayer y el hoy en nuestra ciudad.
El lugar no podía ser más adecuado, casa destinada al presente y futuro santuario histórico de Motril, donde vivió quien el 23 de enero de 2013 fue recordado por la presentación del libro que lleva su nombre y años que vivió: José Garcés Herrera (1886-1948). El anfitrión de la noche, el autor del libro, Gerardo Pérez Martín, quien añadió un subtítulo a esa joya documental: Teoría del periodismo impreso.
Antes de entrar a desgranar el acto, es de merecido reconocimiento el destacar que esta publicación pertenece a la colección de publicaciones ´Jesús González-Estudios Culturales` de Ingenio Biblioteca de Motril, editadas por el no siempre reconocido y algo controvertido motrileño, Jesús González, quien se «ha hecho de rogar» para poner a disposición de la sociedad motrileña y de la cultura en general esta publicación que va a ser referente para todo el que quiera conocer nuestro pasado. Como me encuentro entre ellos, no puedo por menos que agradecer y reconocer el legado editorial que Jesús —El Pica— nos ha brindado hasta la fecha. Otra cosa será cómo le juzguemos ahora y qué se dirá de él cuando ya no esté.
El halo que envolvía a los asistentes en el acto esparcía un singular ambiente de familiaridad y misterio a la vez, que nadie quería perderse detalle; no en vano se conformó una mesa de presentación del libro con personas certeras, por representativas, para la ocasión: En torno a Gerardo Pérez, nos sentamos en lo que vino a ser como una mesa de camilla, Rafael García Manzano, representante de la Asociación de Prensa de Granada; Antonio Checa Godoy, santo y seña del periodismo andaluz; Isabel Garcés Arcos, hija del recordado José Garcés Herrera; la alcaldesa de Motril, Luisa Mª. García Chamorro, presidiendo el acto, y el que suscribe, director y editor de EL FARO, como heredero de la saga periodística en sus más de ciento cincuenta años de prensa local.
El entrañable Rafael García Manzano inició la ronda de intervenciones. Vino con la vitola de representar al periodismo granadino, cosa que hace la Asociación en muy contadas ocasiones para expresarnos su cariño a los de la Costa que, generalmente, sólo queda en palabras; aunque nuestro querido Rafa siempre hace más de lo que puede y de ser agradecidos es reconocérselo, manifestándole, siempre que podemos, que aquí le queremos. Demostró con sus palabras conocer la historia del periodismo granadino como pocos.
A continuación intervino Antonio Checa Godoy, quien para algunos de los los asistentes fue como un invitado de postín, pero Antonio Checa estuvo con nosotros esa noche por méritos propios. Conoce la historia de la prensa de Motril, además de como decano de la facultad de Sevilla de la cosa nuestra y ensayista del periodismo, por sus trabajos publicados (algunos de ellos en EL FARO) y ser el coordinador general de la Enciclopedia de Andalucía.
Por nuestra parte, además de coordinar las intervenciones de la mesa, destinamos la ocasión, entre otros mensajes, a recordar «que es un buen momento para hacer un reproche a la sociedad motrileña y, por ende, a los responsables de nuestra Institución municipal, porque no se ha vigilado, para su conservación, el legado histórico-documental de ciudadanos motrileños y empresas referentes en nuestra sociedad -que ya no existen- y nos hubiera venido muy bien para conocer mejor nuestra historia y raíces. Ese abandono ha sido: unas veces por desconocimiento y otras por desidia». A continuación señalamos la actitud contraria y ejemplar de Isabel Garcés, quien con la custodia de los documentos de su padre ha posibilitado esta obra. También hicimos una síntesis sobre la historia del decano y destacar que EL FARO ha sido siempre una bandera del motrileñismo y escuela de periodistas, con una independencia en su línea editorial más allá, incluso, de sus intereses empresariales. Fue Gerardo Pérez, quien con énfasis en sus palabras nos defendió, y de qué manera. «Advierto a la sociedad motrileña y a quien corresponda, que un semanario de estas características, decano de la prensa provincial y en una ciudad media del centro o norte de Europa, sería mimado como una joya a la que conservar a toda costa.»
El anfitrión de la noche recordó a dos motrileños que ya no están con nosotros: Alberto García Garcés, nieto de José Garcés Herrera, y Francisco Fermín Jiménez García (Paco Fermin), de quien vino a decir «Quienes hemos compartido con él muchas horas de trabajo y de charla (era un gran conversador), sabemos cuánto nos ha dejado a nivel profesional, pero, sobre todo, a nivel personal, a nivel humano. Persona de una gran cultura, de una gran sencillez y humildad. La humanidad de Paco Fermín, sus conceptos esenciales sobre la amistad, la lealtad, el amor a los suyos, a su ciudad y a los principios éticos del periodismo han sido sus constantes durante su trayectoria profesional, valores que ha transmitido siempre a quienes trabajamos junto a él».
Gerardo Pérez Martín estuvo abundante en el capítulo de agradecimientos, sus años en el mundillo periodístico le han dado un poso de generosidad, actitud que enarbola a pesar de no haber sido correspondido en ocasiones y ello le ha supuesto ser gran conocedor de la cruda realidad.
La noche era de su obra y por ello nos habló de la estructura de la publicación, que refleja varios apartados: Tras el prólogo de Francisco Fermín, y la colaboración expresa de Isabel Garcés, llega la biografía de José Garcés Herrera. «Nos situamos ante una de las personalidades más relevantes del Motril del siglo XX. Y también de las más olvidadas». Continuó recordando el hombre que fue, tanto en su vida pública como familiar, sus inquietudes y su amor a Motril.
El periodismo por el que caminó Garcés es otro de los epígrafes de este trabajo. «Quiso este ilustre periodista motrileño hacer una relación de todos los periódicos publicados en Motril. No lo terminó y, además, tenía algunas lagunas que hemos podido llenar más tarde».
Continuó Gerardo con «…no es el objetivo de este trabajo desarrollar un estudio de la prensa en Motril. Eso requeriría un esfuerzo extraordinario. Sólo lo usamos como recurso meramente pedagógico, como evidencia de uno de los trabajos de este gran periodista y como punto de referencia y de partida para futuros investigadores. ».
Finalmente, incluimos un catálogo de su obra periodística y literaria, así como una pequeña antología de sus artículos que hemos considerados interesantes para ver su evolución en el tiempo.
Destacamos el titulado ‘La Iglesia’ en el que narra su detención el 4 de septiembre de 1936 junto con otros muchos motrileños. Fue condenado a muerte, pero finalmente salió el 1 de octubre. Nunca supo por qué lo condenaron y por qué no se cumplió esa condena
Finaliza el libro con el tercer y último apartado «Teoría del Motril impreso», en el que Gerardo da un repaso y evolución del periodismo en nuestra ciudad durante su existencia.
A modo de resumen, con este libro Motril tiene un legado histórico imprescindible para cualquier biblioteca pública o privada que se precie. En definitiva, una joya en papel impreso que la sociedad tenemos que agradecer a Jesús González como editor; a Isabel Garcés, por su colaboración y a Gerardo Pérez, por su trabajo.