El motrileño Gregorio Ruiz celebra en nuestra ciudad sus bodas de plata en el sacerdocio

DOMINGO LÓPEZ FERNÁNDEZ

El día de Nuestra Señora de la Cabeza y en hora previa a la función principal de iglesia, el motrileño Gregorio Ruiz Pérez oficiaba una eucaristía en el Santuario de la Patrona en acción de gracias por sus  veinticinco años de vida sacerdotal. Lo hacía ante un templo repleto de fieles y numerosos familiares y amigos, muchos de ellos ya presentes cuando celebró su primera misa en nuestra ciudad un ya lejano 28 de agosto de 1987. Como todos los años y por esta época el sacerdote pasa unos días de vacaciones junto a su familia y participa en la novena a Nuestra Señora, al margen de ayudar en la parroquia a su titular, D. Juan Bautista Amat, y ha querido compartir esta sentida efeméride personal con sus paisanos en el glorioso día de la Asunción de la Virgen.

Quienes conocen a Gregorio Ruiz pueden atestiguar que atesora un gran bagaje personal, simpatía y un don de palabra que cautiva a los pocos minutos de iniciar una conversación. Se puede decir que es sacerdote de vocación tardía, pues accedió a este ministerio tras realizar los estudios de Ciencias Biológicas. Gregorio nació en Motril el día 18 de febrero de 1956 y es el hijo mayor del matrimonio que forman Gregorio Ruiz Chamorro y María Pérez. En su infancia cursó los estudios primarios en el colegio de San Agustín y continuó el bachillerato en  el Instituto Técnico Laboral, desde donde pasó a Granada para proseguir su carrera universitaria. A la edad de 20 años entra en contacto con el Opus Dei y con posterioridad marcha a Roma, ciudad en la que permanece siete años dedicado al proceso de beatificación de su fundador y actual santo, José María Escrivá de Balaguer. A lo largo de su vida ha pasado por distintas ocupaciones en la Orden hasta el momento en que es nombrado Vicario del Opus Dei de Andalucía Occidental y Extremadura, cargo que ocupa desde 1999 hasta 2006. Actualmente reside en Navarra, donde es ayuda de parroquia de tres pequeños pueblos y coordina varios grupos fraternos de madres de familia, labor que le gratifica enormemente al sentirse parte integrante del mensaje evangelizador lanzado por Benedicto XVI para el siglo XXI.

La santa misa que ofició el sacerdote motrileño quedó marcada por la solemnidad que da el impetrar las gracias por cumplir 25 años de vida sacerdotal, y por ello Gregorio Ruiz rogó a la Virgen de la Cabeza que le diese fuerzas para proseguir en la tarea que Dios le tiene encomendada. En la homilía Gregorio Ruiz recordó los momentos de su infancia en Motril junto a la Patrona y remarcó el valor de la fe como exponente que guía y mueve al ser humano. En este sentido citó frases textuales de San José María al referir que la vocación sacerdotal depende en un 90% de la formación de los padres, a los que se sigue con su ejemplo, su vida y su forma de ser. Por ello tuvo momentos de gratitud hacia ellos y también hacia D. Álvaro del Portillo que fue quien le llamó al sacerdocio y sobretodo al actual prelado de la Orden, D. Javier Echevarría, dadas las atenciones personales que recibe de él. Finalizada la eucaristía Gregorio Ruiz recibió una pequeña ofrenda por parte de la Real Hermandad de la Virgen de la Cabeza que personalizó su antiguo hermano mayor, Francisco Lorenzo. Concretamente le hacía entrega de un rosario de su titular conmemorativo de esas bodas de plata, al margen de agradecerle su colaboración y presencia en las novenas de los últimos años. Ultimado el acto el sacerdote Ruiz pasó a la sacristía, donde recibió personalmente las múltiples felicitaciones de fieles, amigos y familiares.

1 COMENTARIO

  1. Querido Domingo: acabo de leer tu artículo por mis 25 años de sacerdocio y quiero dejar constancia de mi agradecimiento por lo bien hecho que está, pero también tengo que decirte que el Opus Dei no es una orden religiosa sino una Prelatura personal. La diferencia jurídica depende de que el espíritu del Opus Dei es secular, como son los diócesanos, y no religioso, propio de consagrados que viven los consejos evangélicos. La prelatura personal es semejante a los vicariatos castrenses en muchos sentidos: no dependen del sitio dónde viven sino según sus circunstancias personales. Un fuerte abrazo
    Gregorio

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