«Queremos celebrar el 1º de Mayo con trabajo»

Así de contundente es la reivindicación de Antonio Tejada, presidente de la Asociación Andaluza Sí Podemos, primera entidad nacional que une a trabajadores, autónomos y empresarios con discapacidad desde marzo de 2009 para reivindicar una mayor participación del colectivo en el trabajo ordinario de nuestro país y así solventar y superar entre todos los actores implicados, los escollos que se van encontrando día a día.

Y es que en medio de una crisis que no parece tocar fondo, encontrar empleo se ha convertido en todo un reto para los casi 5,7 millones de parados que hay en España según la Encuesta de Población Activa, donde en el primer trimestre de 2012 se ha llegado a un 24,44% de desempleo. Pero dentro de estos datos, las personas con discapacidad son sin lugar a dudas un grupo mucho más vulnerable que el resto ya que junto a la escasez de ofertas de empleo, se suma la dificultad de hacer frente a la discriminación a la que son cometidos por prejuicios, falsos estereotipos y últimamente los recortes que dificultan aún más la inserción del propio colectivo.

Antonio Tejada, en la presentación en el día de ayer a la asamblea de socios en Granada donde se aprobó por unanimidad estar presentes en los actos de reivindicación de los derechos de los trabajadores, manifestó públicamente que «queremos celebrar el 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, trabajando, como cualquier ciudadano, como cualquier trabajador, no como eternos desempleados que solo tenemos opción a pensiones y ayudas. Queremos trabajar, y que se cumpla de una vez por todas la LISMI ya que esto provocaría un mayor crecimiento en la inserción laboral de las personas con discapacidad, creando empleo, ejemplos de superación y de integración estable. Dignidad, respeto y futuro para nuestro colectivo, que ya va siendo hora».

También se pidió un esfuerzo desde la Asociación Sí Podemos para que se cumpla la legislación vigente en cuanto a accesibilidad universal se refiere, «ya que estamos ante el eslabón perdido de la integración laboral que provoca la falta de accesibilidad. Esto dificulta las opciones reales de trabajo y de inclusión de la personas con discapacidad». La aplicación de estas medidas de accesibilidad universal y su obligado cumplimiento podrían ser además un motor económico y de crecimiento de empleo para ciertos sectores profesionales.

Estudios sobre inserción laboral

Para reforzar este argumento, el portavoz de los trabajadores con discapacidad se apoya en dos recientes estudios publicados durante este primer trimestre del año. El informe ‘Discapacidades e inclusión social’ elaborado por la Fundación La Caixa y Carlos Pereda, publica que el paro entre personas con alguna discapacidad se eleva hasta el 40% así como las discapacidades sobrevenidas antes de la jubilación están relacionadas con condiciones precarias de vida y de trabajo. El estudio también refleja que la tasa de paro de estas personas duplica a la de la población general y que casi un millón de ellas no tiene ningún tipo de ayuda, con lo cual se reduce mucho su nivel de emancipación. La cuarta parte de las personas en edad laboral que sufre discapacidad se ha sentido discriminada.

El nivel de estudios de las personas con discapacidad es mucho más bajo que el de la población general. Del millón y medio de personas que se encuentran en edad laboral, el 7% son analfabetas (lo es el 1% de la población general) y una cuarta parte no ha terminado la primaria.
Las cifras hablan solas: la tasa de actividad del colectivo a finales de 2010 era del 36,2%, frente al 75,9% de la del resto de la población, es decir, es 39,7 puntos porcentuales inferior. Ello demuestra que muchas personas con discapacidad no confían en la posibilidad de encontrar empleo y ni tan siquiera lo intentan. Pero también da cuenta de otra conclusión: las que sí buscan trabajo (ese 36,2%) lo hacen porque verdaderamente tienen ganas de encontrar una ocupación y orientan todos sus esfuerzos a tal fin.

A diferencia de lo que podría suceder con el resto de la población, entre los demandantes de empleo con discapacidad no hay lugar a la dejadez o a la desidia, sino que se caracterizan por la tenacidad, el esfuerzo y la orientación a resultados. No hay que olvidar que muchos de ellos podrían vivir del subsidio que reciben, y que si desean trabajar es porque realmente quieren demostrar su valía y contribuir al desarrollo social.

Otro estudio a destacar es el informe elaborado por la Fundación Adecco ‘Discapacidad y formación en tiempos de crisis’ y presentado el pasado mes de febrero. Actualmente, y a la luz de estos datos, las personas con discapacidad están apostando por atenuar las diferencias y el mejor modo de hacerlo es incrementar su formación, obteniendo un título que le ayude a competir en el mercado laboral. Nada más y nada menos que un 66,7% de los encuestados está recibiendo cursos para ser más competitivo en el mercado laboral. Y un 80% confía en que esta formación será su trampolín hacia el mercado laboral.

Además, hay que añadir el hecho de que las personas con discapacidad ven reforzados valores como el esfuerzo, la motivación o el afán de superación, cualidades que se convierten en garantía de éxito cuando se trasladan al ámbito empresarial.

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