DOMINGO LOPEZ FERNANDEZ
Por tradición la semana santa mantiene un cortejo que se supone es el oficial en la mayor parte de pueblos y ciudades de España. Se trata del Santo Sepulcro, Santo Entierro o Entierro de Cristo, pues en cada caso depende del título que le otorgue la corporación que le dedica su culto y veneración. Aquí, en Motril, por ejemplo, recibe el nombre de Santo Sepulcro, pero su antecedente más inmediato, el de la II República, utilizaba el título del Entierro de Cristo. Este conciso detalle no suele ser relevante dado que el sentido cristiano que sus mentores ofrecen o quieren ofrecer a los fieles siempre es el mismo, recordar la muerte del Redentor en los momentos previos a su Resurrección. Si de algo puede preciarse nuestra ciudad es de su arraigada fe en este cortejo que se viene reiterando en la calle con mayor o menor prestancia desde el siglo XVII. En concreto el cronista Tomás de Aquino y Mercado ya lo refería en su célebre obra al exponer que la procesión lograba aglutinar en su entorno a un numeroso público que volvía muy reconfortado a sus casas. Por algo sería y por suerte el transcurso de los siglos ha mantenido vigente esta señera tradición en nuestra ciudad.
La procesión de la Real e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores tenía fijada su salida a las 21:00 hrs, aunque un leve retraso hizo que el cortejo quedase organizado minutos después. Abrían la marcha dos tambores de frente de procesión a los que seguían la cruz guía y los dos faroles que dan paso a un grupo de niños-hermanos vestidos con habito penitencial. Dispuestas ya las filas de nazarenos marchaba el fiscal con el libro de reglas, la bandera cofrade y la “Bacalá”, insignia que precede a la representación parroquial que ostenta el consiliario, D. Daniel García Miranda. A continuación la capilla de música sacra, el incensario y la sagrada urna de Cristo que marcha portada en estilo malagueño por su propio cuerpo de costaleros y que va comandada por su capataz, Fernando Troyano. En su interior, la imagen de Cristo Yacente, notable obra del escultor granadino Domingo Sánchez Mesa que fue realizada en el año 1947 y que efectuó su primera salida penitencial en la Semana Santa de 1948. Finalmente, un timbal da paso al palio de respeto y la representación oficial que la junta de gobierno ha dispuesto, en concreto, miembros de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, corporación municipal, Cruz Roja y resto de autoridades. Es éste el único séquito en el que desfila el ayuntamiento en pleno, salvo contadas excepciones, para cumplir la tradición de la oficialidad que impone el cortejo del Santo Entierro.
El tramo de la Virgen figura con la cruz parroquial y los faroles del frente de la sección, seguidos por el estandarte, la bandera cofrade, cuerpo de camareras y la representación de la Guardia Civil en traje de gala, que lo hace en calidad de mayordomo honorario. Finalmente el paso de palio, que como en ediciones anteriores dirige el capataz José Joaquín Jerónimo Miranda y marcha portado en estilo malagueño. Sobre el trono, la imagen de la Virgen de los Dolores, obra del escultor Antonio Illanes Rodríguez, que muestra en esta ocasión un llamativo exorno floral compuesto por rosas de color blanco y orquídeas “demdrobium” dispuestas en traza piramidal. Auténtico estreno de este año es el escudo del Cardenal Belluga que ostenta la Virgen en su “pecherín” y que ha sido realizado en plata por el prestigioso orfebre sevillano Joaquín Ossorio Martínez. El diseño del mismo muestra el corazón atravesado por siete puñales, símbolo de los siete dolores de la Virgen, los atributos de su escudo episcopal, el Capelo Cardenalicio, la cruz patriarcal, la Gran Cruz Napolitana de San Genaro de la que el ilustre motrileño era uno de sus primeros poseedores y, en su parte posterior, una pequeña cartela alusiva al motivo y año de su ejecución: “Belluga 1662-2012”. El cortejo, finalmente, lleva como acompañamiento musical la banda municipal de Motril en la que es su participación oficial de nuestra semana santa.
El itinerario fijado por la cofradía del Santo Sepulcro para este año parte de la iglesia Mayor y continua por Plaza de España, Victoria, Plaza San Agustín, Pizarro, Plaza Díaz Moreu, Emilio Moré (Carrera Oficial), Palmeras, Plaza Bustamante, Teatro, Nueva, Seijas Lozano, Plaza del Ciprés, Milanesa, Marqués de Vistabella, Plaza Javier de Burgos, Catalanes, Plaza Díaz Moreu, Romero Civantos, Plaza de España, para desde aquí proceder a su encierro. Como balance final se puede decir que la cofradía del Santo Sepulcro ha hecho oficial el Entierro de Cristo en la noche del viernes santo. Como es costumbre su solemne séquito ha contado con el calor del pueblo de Motril y, asimismo, el de los numerosos turistas y visitantes que se encuentran en nuestra ciudad pasando unas cortas vacaciones. Momentos estelares del mismo se han podido contemplar a la salida de la iglesia, el tránsito por la carrera oficial, la calle Ciprés o Catalanes y, como no, su llegada a la plaza de España, donde ambos pasos han marchado en paralelo a los sones de la composición musical “la muerte no es el final”. Finalmente, a la una de la madrugada, el paso de la Virgen de los Dolores cruzaba el dintel de la puerta de la iglesia y daba por terminada la procesión ante el numeroso público que había congregado en la plaza de España.