DOMINGO LOPEZ FERNANDEZ
El pasado viernes, 30 de abril, se iniciaban en Motril los actos que rememoran la festividad de la Semana Santa con la tradicional procesión del Santo Vía Crucis que organiza la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la ciudad. La función principiaba en el templo de Nª Sª de la Visitación, sede de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, que este año ha sido elegida para presidir el cortejo procesional en conmemoración del XXV aniversario fundacional de la cofradía que le da culto. El acto contó con la dirección espiritual de los párrocos D. Daniel García Miranda y D. Rafael Funes Álvarez, quienes estuvieron acompañados por la directiva de la Agrupación de Cofradías de la ciudad, juntas de gobierno de las hermandades de penitencia y gloria de Motril y representantes de instituciones como la sección de la Adoración Nocturna que este año celebra su centenario fundacional. Fue D. Daniel García Miranda quien desde el altar explicó a los presentes el significado del acto que iba a tener lugar y el sentimiento que los cristianos hemos de poner en este momento que recuerda la pasión y muerte de Cristo. Tras el rezo de un padre nuestro se dio principio al recorrido del Santo Vía Crucis, que contó con una gran presencia de fieles en todo su recorrido.
El itinerario marcado para este año por la Agrupación de Hermandades y Cofradías se iniciaba en la iglesia de la Visitación y continuó por Callejón de Las Monjas, Rambla de Las Monjas, Cañas, Federico Gallardo, Curucho, Catalanes, San Rafael, Plaza Trinidad, Plaza España e Iglesia Encarnación. En su transcurso el rezo de las estaciones fue dirigido por el vicepresidente de la Agrupación, Carlos Valdivia, quien fue cediendo las distintas lecturas a hermanos distinguidos de las cofradías motrileñas. El momento más significativo del Santo Vía Crucis se verificaba en la Iglesia Mayor, pues en su interior tuvo lugar la novena edición del “Stabat Mater Dolorosa”, cántico de pasión que el cardenal Belluga dejó instituido en la parroquia para que se celebrase todos los viernes del año y, particularmente, en el tiempo de cuaresma. Por este motivo la imagen de Nuestra Señora de los Dolores fue portada por su cuerpo de costaleros hasta el altar y, juntamente con la de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, presidieron la función sacra ante un templo repleto de fieles. Fiel a la tradición, el coro “Omnes Populi” de Juventudes Musicales interpretó magistralmente la versión del Stabat Mater Dolorosa de Zoltán Kodály, además de dos obras de Tomás Luis de Victoria, entre la que destacó sobre manera “Popule meus”. En esta ocasión el grupo coral actuó al completo con cerca de treinta voces y estuvo dirigido por José Manuel Baena.
Tras el rezo de un padre nuestro, la función del Santo Vía Crucis se dio por concluida, iniciándose a continuación el regreso de la comitiva por la calle Puerta Granada, Rambla del Manjón y calle Monjas, hasta concluir en la casa hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, si bien previamente se incorporó al séquito la imagen de María Santísima del Mayor Dolor al objeto de poder efectuar la preparación de los pasos para la salida penitencial del próximo miércoles santo.