DOMINGO LÓPEZ FERNÁNDEZ
Siguiendo una de las rutas trazadas en la ciudad, hoy toca hacer parada en el Colegio de San Agustín. Allí, en la antigua secretaría del centro, encontramos el Belén que todos los años monta la dirección del centro para recordar esa significativa fecha que nos habla de la venida al mundo del Hijo de Dios. Se trata de un Belén que ocupa aproximadamente cuatro metros cuadrados y que recrea perfectamente la Judea de la época con figuras realistas de pequeñas dimensiones. El escenario atrae por su composición, en el que sobre un fondo rocoso que asemeja los montes y montañas de la aldea deja ver un núcleo de viviendas no exentas de vida y movimiento. Bajando a un primer plano nos encontramos la gruta en la que se muestra el Nacimiento del Niño Dios iluminado espléndidamente mientras que una serie de personajes hebreos contemplan con emotividad la escena. Sobre la gruta, la estrella de David y el Ángel Anunciador, mientras que en un lateral aparecen los Reyes Magos con su corte de pajes. Todo el espacio escénico se encuentra orlado por edificios de la época, motivos vegetales y escenas de la vida cotidiana que trasladan al visitante hasta los remotos orígenes de la aldea. Gran trabajo, pues, el de sus artífices, que han recreado con verdadero sentido cristiano la escenografía de este momento sagrado en la historia de la humanidad.
En otro ámbito del colegio, concretamente en el aulario infantil, se encuentra otro magnífico Nacimiento que podríamos calificar como de corte naif y que ha sido realizado por las madres de los alumnos adscritos a este grado. Durante meses han dado forma a las figuras de plastilina que componen el Belén, escenario que en los días previos a las vacaciones constituía el centro de atención de los niños. Para las madres ver sus rostros llenos de emoción mientras contemplan el Belén vale todo el oro del mundo y recompensa el trabajo realizado pues saben que el mensaje de la Navidad ha calado perfectamente en esas mentes infantiles que ya saben que el Hijo de Dios nació en un pesebre y que esa fecha emblemática se conmemora el día de Nochebuena.
Aunque son fechas vacacionales, el Belén del Colegio de San Agustín puede ser visitado por las personas interesadas en horario de mañana y tarde. Las puertas del colegio se encuentran cerradas por el motivo antes aludido, pero siempre hay algún profesor o, incluso, el personal de secretaría, dispuesto a mostrarlo. Merece la pena, así que no desaproveche la oportunidad.
Existen en Motril muchos otros Belenes que seguiremos trayendo hasta estas páginas, pero si usted es miembro de una parroquia, de una cofradía o de una asociación que ha montado un Belén y quiere que se mencione en esta particular ruta belenistica, póngase en contacto con EL FARO y nos haremos eco de la noticia.