Cuando llegan los homenajes ¡¡lagarto, lagarto!! Se siente la vanidad acariciante y se ve mas cerca la lapida. Creo que este será el último. Con 81 años no es para pedir premios, sino un buen bastón, salud de hierro, fresco en verano, buen sol y buena pelliza en invierno, y desear que, por tu aspecto, los perros no te ladren. Los premios son acicate para mejorar. No es elegante autoproclamarlos. Pero si han sido justos fueron han un bien para la sociedad. Los míos los traigo aquí sin fecha ni orden. Mi mejor premio, mi esposa, hijos y nietos mis muchos amigos. El Faro de Oro, lo recibí en el Hotel Costa Nevada, en el 50 aniversario del decano. El del Banco de Alimentos, en el Hotel Alhambra Palace. Dije: No me siento orgulloso de recibir este premio por dar a los pobres lo que nos sobra. En El Ejido, de manos del, presidente andaluz, por cumplir las normas de la C.E. Y como director de oficina, de LA GENERAL , de su presidente, el motrileño, Julio Rodríguez. La Asociación de Periodistas Costa Alpujarra, el 11 de Diciembre, 2010, en el Hotel Elba, me dio un homenaje. Y en ese mismo hotel, lo recibí por pionero alhondiguista. Ser pionero era haber estado en aquellas chozas de cañaveras, con suelo de chinorros, alumbradas con luz de carburo, y lo que hacia de oficina, por si llovía, se cubría con una chapa de uralita. Y todo el equipo informático, lápiz, goma de borrar, y sacapuntas. Y asi empezó, por los años 45-50, lo que hoy es el motor económico de la zona. Y yo ya estaba allí. Para llegar hasta aquí, campo y empresarios, hicimos grandes sacrificios económicos y de adaptación. Y creo fui honesto como alcalde de mi pueblo. No quiero que se me olvide premio íntimo que gane, con l8 años, en el que fue Teatro Cervantes, de Granada, tocando mi bandurria. No me puedo quejar. Como verán ustedes, no soy nada modesto. Mi mejor armas, mi imaginación. Soy un luchador, con suerte. En esta travesía me acompaño gente de valía. Y a pesar de mis defectos, creo haber cumplido el mensaje evangélico de administrar los talentos. Hoy 27 de agosto recibo La Sirenita que otorga el Club Náutico. No creo ser el mejor, si el mas viejo. Mi relación de premios, es pura verdad. Y verdad pura.
Como marengo, me agrada que el premio sea una sirena. Algo de la mar. La Sirenita es una película de Disney inspirada en un cuento Andersen. La original, es escultura de bronce. Esta o estaba en el puerto de Copenhague. Un relato poético, dice: » La Sirenita , joven, era bella y poseía una voz maravillosa y cuando cantaba, acompañada del arpa, los peces y los hombres acudían. Los hombres, y mas los hombres de la mar, llevamos una sirena en el corazón. Escribí un cuento que titule «POBRE MARINERO». Cuenta la historia de un viejo lobo de mar, que se enamoro de una joven sirena. Pinto a su barca, a la que la llamo «Ilusión», de colores fuertes, y salio, a buscarla. Y en medio de la mar, las velas se quedaron sin viento. Y la mar se encabrito. Y dicen los marengos, que se acercaron a la barca, que a la barca, la mar le entraba por los imbornales. Y dicen y cuentan que sobre la popa el enamorado estaba, muerto. Murió por su sirena. Y eso ocurre, a veces, en la vida real, con los cantos de sirena: Que son, desilusión, fracasos, decepción, ruina y perdición.
Agradezco al Club Náutico su Sirenita y a todos perdonen, este tostón y mis… muchas vanidades. Gracias.