El pasado viernes, 5 de agosto, el Real Santuario de la Virgen de la Cabeza acogió en Motril el XVII pregón de exaltación mariana, edición que en esta ocasión quedaba a cargo del sacerdote motrileño Javier Sabio Sánchez. Se esperaba con expectación este gran día por parte de la hermandad de la Virgen y por un incontable número de personas que se dieron cita en la ermita para escuchar un pregón muy motrileño, tanto que hizo vibrar a la concurrencia con las incesantes alusiones a la leyenda de la aparición de la Virgen y la historia del santuario. Minutos antes de las nueve de la noche, hora fijada para su inicio, la ermita se encontraba rebosante de fieles, razón por la cual hubo que desplegar asientos accesorios con objeto de dar cabida a todos los presentes. Finalmente, con cierto retraso motivado por los saludos de rigor, dio comienzo la función de exaltación mariana a la Patrona de Motril para este año 2011.
El pregón tuvo un pequeño preámbulo musical que quedó a cargo de la coral «Son de Caña», grupo vocal que viene actuando desinteresadamente todos los años con la hermandad de la Virgen. Fue su presidenta, Eladia Gómez, quien avanzó el programa diseñado para este día, que quedaba compuesto por la «Salve marinera», «Ave María» de Hubertus Kramer, «Ora e tempo di Giogia», «Signore delle cime» de Giuseppe di Marzi y «Ave María No Morro». Tras la interpretación musical se situaba frente al atril Francisco Posadas Chinchilla, persona encargada en este año de presentar al pregonero. Sus primeras palabras eran de elogio a este agradable acto, en el que «un año más, el caudal de devoción y sentimiento mariano que recorre la ciudad mediado el estío, nos reúne entre los centenarios muros de este Real Santuario para proclamar con renovado carisma, las grandezas de María». Con una breve alusión al año jubilar que está a punto de finalizar y un emotivo recuerdo al recientemente fallecido hermano de la hermandad, Cecilio Arcos Barros, entraba de lleno a desgranar la figura del pregonero. De Javier Sabio, dijo, es un joven sacerdote diocesano que ha estado ligado al mundo cofrade desde su más tierna edad. Trabajador incansable por y para la semana santa motrileña, ha desempeñado numerosas tareas en pos de su engrandecimiento, tanto desde las ondas radiofónicas como desde la tribuna de orador para presentar un cartel o dar un pregón a una cofradía. Pero sobretodo es hombre comprometido con su fe, esa fe que le ha llevado a encaminarse a la vida consagrada. Por tanto no hay mejor elección, un pregonero motrileño para un excelente cántico de excelencias marianas a la que es Virgen y Patrona de la ciudad de Motril.
Con una atronadora salva de aplausos accedía al púlpito el pregonero, Javier Sabio, quien se fundía en un cálido abrazo con su gran amigo y presentador. De seguida tomaba la palabra para mostrar a los presentes sus profundas convicciones religiosas, esas que le llevaron a creer firmemente en la vieja leyenda de aparición de la Virgen. Para conocimiento de todos y con profundo tono poético hilvanó la historia de la Virgen, del santuario, de la ermita y luego, ya de lleno, tras dirigirse respetuosamente a las autoridades, junta de gobierno y personas presentes, hizo más intenso y cálido su discurso.
Javier Sabio recordó que esa Señora que habita en el altar y que alegra los corazones de los motrileños permanece tan cercana a nosotros gracias a la gesta de una persona a la que le ligan lazos familiares. Sí, se trata de Enrique Olmedo, sacristán del santuario, que un ya lejano día del mes de julio de 1936 tuvo la feliz idea de ocultar la majestuosa imagen de la Virgen, acción que evitó su destrucción. Y como luego, tras la calma, pudo aparecer libre de todo mal en la casa de una de sus camareras, María Teresa Garvayo. Aludió con pesar a los tristes acontecimientos de la guerra civil, episodio que nunca se ha de olvidar para evitar que pueda repetirse y que se cobró numerosas vidas en personas ligadas a la iglesia. También tuvo un cariñoso recuerdo hacia uno de los hermanos de la hermandad que más han perseverado por mantener el culto y la devoción a la Virgen de la Cabeza. Esa persona es Francisco Galeote, quien con cerca de cien años todavía siente y vibra de emoción cuando se le habla de su Virgen motrileña. Y como no recordar el momento en el que la Señora fue coronada en el verano del año 2000, acto sublime para todos cuanto habitan esta ciudad. Javier Sabio supo captar la atención de los fieles con su cercanía, con su recia voz, con sus enseñas catequéticas, con sus gestos grandilocuentes que en numerosas ocasiones dirigían sus movimientos hacia esa Madre del Hijo de Dios que Motril venera bajo la advocación de la Cabeza. Si, en verdad se hizo querer; muchos de los presentes lloraron de emoción cuando el sacerdote motrileño rizaba su verbo para dar realce y brillantez a la Virgen, esa Virgen que desde pequeño hizo suya cuando visitaba el santuario de la mano de sus padres. Y luego mediante una escenografía grandilocuente hizo apagar la iluminación de la iglesia para continuar con su discurso amable, mientras solo aparecía fulgurante la estancia del Camarín y, en su centro, la excelsa figura de la Patrona de Motril. No podía ser menos; Javier, el joven sacerdote, culminó su intervención en sesenta minutos que pasaron como un soplo, pues el tiempo pareció acelerarse cuando accedió al altar. Cautivó, sí, pues su fe sirvió de vehículo trasmisor de sentimientos marianos a una concurrencia que le conoce muy bien desde hace ya bastantes años. Javier Sabio, el joven, el cofrade, el sacerdote motrileño supo trasmitir con intensidad la devoción que siente por su Virgen Morena. Y lo hizo, además, en doble sesión, pues al día siguiente fue encargado de dirigir la solemne cátedra de la novena.
Javier Sabio concluyó su intervención y le fueron entregadas las nobles tapas repujadas que han de guardar su pregón. Las felicitaciones les llovieron desde todos los rincones; familiares, amigos, hermanos de hermandad, cofrades, fieles…, todos ellos se fundieron en abrazos haciéndole permanecer durante bastantes minutos en el altar. Finalmente, tras la interpretación del himno a la Virgen de la Cabeza por parte de la coral «Son de Caña», los presentes se trasladaron a las dependencias anexas de la ermita, donde la hermandad obsequió a todos con un pequeño refrigerio.
EL PREGONERO
El pregonero, Javier Sabio Sánchez, nació en Motril y cuenta en la actualidad 33 años. Es hombre enraizado en el mundo cofrade desde su más tierna edad, sentimiento que lleva desde muy dentro y que le ha hecho ser partícipe de todo cuanto se «cuece» en sus entresijos. Es así como ha pregonado a la que es su hermandad del alma, «la Borriquita», la Semana Santa Motrileña, la Semana Santa de Salobreña, y ya más recientemente, en este año 2011, a la cofradía del Señor de la Resurrección y Santa María del Triunfo de Granada. Igualmente ha sido habitual tertuliano en programas radiofónicos relacionados con la Semana Santa, labor en la que ha dado buena cuenta de su extensa cultura cofrade.
Javier Sabio cursó sus estudios primarios en el colegio del Santo Rosario y continuó el bachillerato en el Instituto Javier de Burgos, desde donde accede a la universidad granadina. Integrante desde muy joven en pastorales juveniles siente un día la llamada de Dios y decide encaminar su vida al sacerdocio. En el año 2004 ingresa en el Seminario Mayor San Cecilio, desde donde pasa después al Seminario Mayor Conciliar de Toledo, para regresar nuevamente al granadino. Tras seguir los estudios eclesiásticos en el año 2010 es ordenado diácono en la Santa Iglesia Catedral de Granada siéndoles impuestas las manos por parte del Ilmo. Sr. Arzobispo, Sr. D. Javier Martínez. En el mes de junio de ese mismo año celebra su primera misa en Motril, función eucarística que se verifica en la iglesia de la Encarnación. En la actualidad desarrolla su labor pastoral en la parroquia de San José de Valor, siendo además administrador parroquial de las localidades de Mecina Alfahar, Nechite, Laroles, Picena, Mairena y Júbar.