Vuelve tras cuatro años de polvo y oscuridad

JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ

El próximo domingo 22 de mayo todos tenemos una cita con las urnas. Aunque usted crea que pertenece a ese grupo de personas que muestran una cotidiana desafección con nuestra clase política, debería plantearse en serio lo de ir a votar, ya que de lo contrario, si el resultado final no es de su agrado, poco derecho tendrá para quejarse, ya que usted no habrá participado de la mayor fiesta democrática que nos podíamos otorgar: que el voto de cada ciudadano de este país tenga el mismo peso y el mismo valor el día de las elecciones.

En el caso de Motril, son ocho nada más y nada menos los partidos o formaciones políticas las que concurren a estos comicios de ámbito municipal, es decir, que por falta de opciones no será, ya que están representadas todas las fuerzas del arco ideológico, desde la derecha a la izquierda pasando por el centro. Con este panorama, la campaña que estamos viviendo está resultando ciertamente entretenida, y hasta el momento respetuosa, aunque sospecho que en la recta final de la contienda llegaran declaraciones acaloradas y un poquito subidas de tono, puesto que para algunos servirá el «todo vale» para intentar arañar un puñado de votos.

Teniendo en cuenta la habitual bipolaridad política que ostentan los dos grandes mastodontes, PSOE – PP, cabe no olvidar a los partidos minoritarios o con menor cuota de potenciales votantes y a aquellos partidos que han nacido del seno de colectivos vecinales, que hartos de que no se les haga caso, apuestan por guerrear desde la base en busca de soluciones para sus barrios y sus gentes.

Y a caballo entre unos y otros, está por ver qué papel juega en todo esto la irrupción en la vida política, de nuevo, de Rubiales, que con formación nueva, pretende llegar a lo más alto de la cima.

Sobre qué papel jugará cada uno de los partidos con opción de victoria, el abanico está más abierto que nunca, y eso, ciertamente, brinda un soplo de aire fresco entre, a veces, tanta caspa electoral. Las opciones son la que son, pero hasta que no suene la campana o el pitido final, el partido tendrá que seguir jugándose. Los máximos candidatos, que están encarnados por el Sr. Rojas y la Sra. Almón, ya dirimieron un primer combate el primer día de campaña electoral en la SER, y ciertamente, los dos mostraron abiertamente sus pensamientos, ideas y planteamientos con el máximo respeto y con la máxima pulcritud democrática, como no puede ser de otra forma. Rojas sabe que el gobierno desgasta, que se acumulan promesas incumplidas, que el discurso fluido y novedoso de hace cuatro años ahora cuesta hilvanarlo, pero insiste en que su equipo tiene experiencia (es cierto), y que él posee capacidad para más.

Flor, sabedora del desgaste que atesora el adversario, ha cambiado el partido, ha hecho una lista renovada en la que no hay «favores prestados», ha apostado por la ilusión, por la idea de que hay que colocar la política a la altura de la gente de la calle para así entender y solucionar sus problemas desdeñando trabas burocráticas, se ha concienciado que en los próximos cuatro años hay que ser austeros en la gestión y realistas en el discurso, y que eso pasa por la regeneración de la función pública local, se ha empeñado en demostrar que los socialistas han hecho, en definitiva, un realista esfuerzo de catarsis interna pensando en que el Psoe puede hacer las cosas de manera distinta a como lo venían haciendo: sin peleas, sin disputas, salvando discrepancias y apoyando las diferentes sensibilidades en el diálogo, y si me apuran, la candidata socialista ha ido pergeñando lo relatado por convicción política y social propia, e incluso, por intuición femenina.

Por lo demás, no hay que olvidar la influencia y peso específico que tendrá en el resultado final el voto resultante de los anejos, se me antoja que este capítulo va a ser capital para el triunfo final, por ello, los partidos políticos se han preocupado bastante por amarrar a sus candidatos mejor cualificados en lugares como Torrenueva, Carchuna – Calahonda… para alcanzar o captar el voto deseado.

En fin, no desespere querido lector, ya queda menos de esta campaña plagada de pancartas, anuncios y carteles políticos, nos espera el día grande de la democracia, porque digan lo que digan, nosotros decidimos libremente el día 22 de mayo. Hay 43.327 votos en nuestra manos, en las palmas de los ciudadanos, así que piense en el pasado, en el presente y en el futuro de su ciudad, después coja su papeleta electoral y vote por la opción elegida, la urna nos espera, ha vuelto tras cuatro años de polvo y oscuridad.

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