El pasado viernes 4 de marzo fallecía tras una larga enfermedad D. Jacinto Serón Quiles, destacadísimo hermano de la Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores.
Su ingreso en la Junta de Gobierno de la Cofradía se remonta a los años de su reorganización a mediados de los setenta, de la mano de Francisco Ortega y Francisco Posadas, ocupándose desde el primer momento de la Tesorería de la Cofradía, labor que desempeño siempre con pulquérrima eficacia y extraordinario sentido de la responsabilidad.
Pero su actividad dentro de la Cofradía llegó mucho más allá, pues su gran habilidad manual lo convirtió pronto en un imprescindible colaborador en las múltiples y a veces desconocidas tareas, que hay detrás de cada salida procesional. Fue Jacinto por ejemplo, el que durante años se encargó de confeccionar los cartones que dan forma a los capillos de los cofrades.
Importantísima fue su aportación en la restauración del antiguo paso de la Virgen, que dirigió y realizó junto a otros cofrades en los meses anteriores a la Semana Santa. Muchas horas de dedicación y entregado esfuerzo para poner en valor el patrimonio de la Cofradía en momentos de gran dificultad económica.
Todos lo recordaremos siempre al frente del montaje de los tronos de sus titulares, convirtiendo esta tarea en un agradable trabajo, pues su siempre agudo sentido del humor hacia deseable compartir esos momentos, que Jacinto convertía además en una magistral clase de Hermandad.
El verano pasado recibió el sentido homenaje de la Cofradía al cumplirse sus cincuenta años de pertenencia en la misma, homenaje recibido por su hija al encontrarse ya postrado por su enfermedad.
Cubriendo su ataúd con el estandarte que tantas veces llevó orgulloso en vida, su Cofradía quiso manifestar el sentido pesar por su pérdida y el gran respeto por uno de sus más relevantes hermanos, que forma parte ya de la historia de esta señera Corporación motrileña. En un último homenaje, el pasado día 15 de marzo la Cofradía lo nombró, a título póstumo, Hermano Honorario.
Su buen hacer, responsabilidad y compromiso, su afabilidad y su competencia deben ser referentes para los que formamos hoy la Cofradía del Santo Sepulcro. Sin duda, su ejemplo quedará para siempre en la mente y el corazón de quienes lo conocimos y admiramos. Descanse en paz.