Fieles a la tradición implantada en nuestra ciudad desde hace ya unas décadas, el pasado día cuatro, primer viernes del mes de marzo, se celebraron en la iglesia Mayor los cultos en honor al Santo Cristo de Medinaceli. Se trata de una fiesta que sigue la tradición arraigada en Madrid con el titular de la basílica del mismo nombre, una imagen de Jesús Cautivo que fue confiscada por los musulmanes en el año de 1681 y que rescatada posteriormente por la orden trinitaria fue reintegrada al culto cristiano en la capital de España.
Aquí, en Motril, la disposición de esos cultos se realiza bajo la supervisión del párroco de la Encarnación, D. Daniel García Miranda, si bien todos los preparativos recaen en la persona del conocido cofrade José Gómez. Precisamente, desde hace aproximadamente una década, asumió este cometido tras obligarse a llevarlo a cabo ante el principal valedor de los mismos, D. Manuel Mota. Este año en las tareas de infraestructura José Gómez ha contado con la inestimable ayuda de otro viejo conocido del mundo cofrade, Cecilio Arcas y una feligresa de la iglesia, quienes desde el jueves han permanecido enfrascados en el arreglo y aderezo del altar de cultos. Sin ningún tipo ostentación se ha ubicado éste junto a la antigua pila bautismal y se le han añadido unos candeleros con velas que han mantenido viva la llama del Cristo Cautivo durante todo el día. Además, junto al altar, ha permanecido una pequeña mesa donde se han recogido los donativos de los fieles, importe que será destinado íntegramente a la obra asistencial de Jesús Abandonado.
Respecto a la imagen que recibe culto en la iglesia parroquial hay que decir que fue entronizada en la misma en el año 1943. Ha sido realizada en escayola a tamaño ligeramente inferior al natural y sigue el modelo iconográfico del madrileño Cristo de Medinaceli en su tipología de Cristo Cautivo. La efigie fue donada en el referido año por D. Vicente Sevilla Cazorla y Dª Concepción La Chica Cuevas, matrimonio motrileño residente en Madrid que tenía gran devoción al Santo Cristo madrileño y que fue bendecida solemnemente en el mes de octubre de dicho año por D. Salvador Huertas Baena. Precisamente, hace dos años, fue sometida a un proceso de restauración dados los graves desperfectos sufridos en su policromía. Dicha intervención fue acometida por las religiosas nazarenas de nuestra ciudad, labor en la que estuvieron asesoradas por el recientemente desaparecido profesor de la Escuela de Artes y Oficios Darío Portillo Oliva.
Los cultos del pasado viernes comenzaron en la iglesia parroquial a las diez de la mañana, si bien antes de esa hora ya había personas esperando la apertura de sus puertas. Durante toda la mañana fue incesante el tránsito de fieles de todas las edades para contemplar al Cristo y proceder al rezo de la oración que la organización ha tomado de titular madrileño. Siguiendo esa misma tradición los feligreses han de rezar por tres veces del credo y solicitar tres deseos que Cristo les ha de conceder. Así, en silencio y durante bastantes minutos permanecen sentados frente a la imagen en un ambiente de plena espiritualidad.
Llegado el mediodía la iglesia fue cerrada al culto, volviendo a reabrirse a las cuatro de la tarde, momento en el que ha continuado recibiendo la visita de personas hasta bien entrada la noche. En opinión de José Gómez este año se ha notado una mayor participación en los cultos dada la difusión que los mismos han tenido en los medios de comunicación, aunque también ha contribuido grandemente el hecho de haberse repartido carteles por los comercios motrileños. Un año más el pueblo de Motril ha sabido renovar la devoción al Cristo de Medinaceli en esta fechas entrañables que marcan el inicio de la entrada de la cuaresma. Es su fiesta anual, aunque ello no es óbice para que a partir de ahora todos los días se le puedan ofrendar sus oraciones frente a su altar.