Se nos ha ido el año el año de la crisis angustiosa, y no es redundancia; la angustia es el ver que no tiene fin. No ha sido bueno el refrán de «Año de nieves, año de bienes».
Algo está cambiando para que ni el refranero sea ya certero.
Seguimos en la incertidumbre en el comienzo del 2011.
Se avecinan reformas y cambios que van a traumatizar a más de uno. De momento, la sonrisa se ha perdido en muchos rostros de la ciudadanía .
Sólo queda apretar los puños y seguir adelante y luchar.
Para muchos, la idea de que no volveremos a vivir como antes es una cosa ya asumida. Poco a poco nos hemos ido haciendo a la idea.
Queda la resignación y esperanza. Y trabajar duro para enderezar la situación a que hemos llegado.
En las páginas sucesivas, contamos lo que esta publicación ha vivido durante el 2010, mes a mes.
Ha sido un año, esperemos que de transición, durante el que el listón de objetivos se ha tenido que ir poniendo cada vez más bajo. Nulas inversiones en infraestructiras y como símbolo bien se podía sintetizar el resumen con la foto tapiando el túnel de la autovía a su paso por La Gorgoracha.
Por lo demás, recordar que en mayo tenemos una cita con las urnas para la elección de los nuevos 25 concejales que darán paso al nuevo gobierno municipal.